Viajar a Nueva York por primera vez puede ser abrumador incluso desde antes de llegar. Es una de las ciudades con más reseñas turísticas y uno recibe tantas recomendaciones que, a menos que se disponga de gran cantidad de tiempo, la elección del itinerario pasa casi tanto por elegir lo que se quiere hacer como por decidir qué es lo que uno resignará y sabe que no alcanzará a visitar.
En ese sinfín de opciones, surgió como alternativa un recorrido por los lugares inmortalizados en la pantalla grande. Son tantas las películas que se filmaron en la Gran Manzana, que constantemente surge la sensación de estar en un set de filmación.
Es uno de los momentos más recordados de la película Birdman, de Alejandro González Iñárritu. El protagonista, encarnado por Michael Keaton, quedó fuera del teatro, semidesnudo y en plena obra. Para volver al escenario, no le quedaba más opción que caminar entre la locura de Times Square y volver a entrar por la puerta principal del teatro.
Como era muy caro cerrar tan famosa intersección (Broadway y Séptima Avenida), la producción contrató a una banda musical callejera que distraiga a los transeúntes, y lograr que nadie mire fijamente a la cámara ni se percate de que el «loco» que caminaba sin ropa entre ellos era nada menos que una estrella de Hollywood. Por ello, las reacciones de quienes lo miran extrañado son totalmente espontáneas.
También en Times Square se registró uno de los numerosos «cameos» de Stan Lee, escritor de cómics de Marvel, quien no perdía oportunidad para aparecer brevemente en las películas de superhéroes.
«Sabes, creo que una persona sí puede marcar una diferencia», le comenta a Peter Parker, encarnado por Tobey Maguire en la saga del Hombre Araña.
The Office, en su versión estadounidense, es una serie de culto y una debiilidad que no podía dejar fuera de esta colección.
La trama de la serie más vista por los usuarios de Netflix en EEUU se sitúa en en Scranton (Pensilvania), pero un episodio es grabado en Nueva York por un viaje del protagonista, Michael Scott (Steve Carrell). Un capítulo ideal para los lugares comunes del turista que uno quisiera evitar (o, en última instancia, rendirse a ellos).
A pocas cuadras del transitado epicentro de Manhattan, está el Radio City Music Hall. Uno sigue descubriendo la ciudad, ahora de la mano de Macaulay Culkin en «Mi Pobre Angelito 2«, clásico de los años 90, cuando su personaje acaba lejos de su familia y perdido en la gran ciudad.
Casi llegando a Central Park, sobre la Quinta Avenida, está la tienda inmortalizada por Audrey Hepburn, la joyería Tiffany & Co., donde la protagonista desayuna admirando la vidriera. Un sello clásico de la ciudad.
Ya en el enorme parque neoyorquino, en una de las esquinas, se grabó una de las escenas más recordadas de las películas juveniles de los años 90. El prolongado beso lésbico de Sarah Michelle Gellar y Selma Blair fue muy comentado y hasta censurado por algunas cadenas cuando llegó a la TV.
La idea de las fotos, es necesario aclarar, no es propia. No sé dónde la vi por primera vez, años atrás, pero el blog Filmography fue una de las mayores fuentes de consulta. A ella se suman páginas que detallan las calles exactas de las escenas. Recopilando y cruzando esta información de estas y otras webs, armé un plano en Google Maps que podía consultar en el celular, mientras recorría los puntos turísticos clásicos , para ver si estaba cerca de algún «escenario». Y en el bolsillo, permanentemente las fotos, impresas antes del viaje.
En otra esquina de Central Park, en Columbus Circle, está el recuerdo del gigantesco Stay Puft Marshmallow Man (Hombre de Malvavisco), que crea caos en la ciudad.
Cazafantasmas es la única película que aparece dos veces en la colección, pero Bill Murray es otra debilidad personal.
Su personaje, Peter Venkman, fue elegido por la revista Empire dentro de los 100 mejores personajes de la historia. Y la fuente del Lincoln Center es un hermoso lugar para descansar un poco y pedirle a una transeúnte que te ayude con una foto, luego de asistirla con la suya.
A pocos metros, están las escaleras del Metro por las que sube Natalie Portman para un ensayo de ballet en Black Swan, un excelente thriller que le valió el Óscar y el Globo de Oro a mejor actriz.
No es el plano que más justicia le hace a su gran actuación, pero en la elección había que buscar aquellos grabados en exteriores, ya que muchas escenarios históricos no son accesibles para un turista.
Por ejemplo, tenía muchas ganas de incluir algún momento de El Lobo de Wall Street, pero la mayoría de la película transcurre en oficinas o viviendas, y hay pocos momentos de espacio público.
Decenas de películas se han filmado en Grand Central Terminal. No solo por ser un lugar habitual en las tramas cinéfilas como un lugar de llegada a salida a la ciudad, sino también por su impresionante arquitectura.
Madagascar fue elegida tal vez para diferenciar un poco del resto de fotos. Además, al ser primera vez que uno visita estos lugares, y teniendo en cuenta que las fotos se llevaban impresas desde antes, es más conveniente optar por planos abiertos que faciliten la composición y el contraste.
Una leyenda que no podía faltar. El viento elevando el famoso vestido blanco, mostrando las piernas de Marilyn Monroe, una de las mayores estrellas de la historia del entretenimiento. En rigor, la imagen no corresponde a la película. La escena fue filmada a la 1 de la mañana,
pero el alboroto de los fanáticos y la prensa fue tan grande que debió volverse a hacer en un set de California. El rugido de los admiradores cada vez que soplaba el viento del metro arruinaba la toma.
La actriz usó dos prendas de ropa interior para evitar cualquier desliz. Para la época, fue considerado como «exhibicionismo» y se comenta que fue un factor la decisión de divorciarse de Joe DiMaggio. En 2011, un comprador pagó USD 5.6 millones por el vestido.
Fue la primera foto que tomé de la serie. Por un momento, la sensación no era tan distante a la del personaje de Eddie Murphy en Un Príncipe en Nueva York, recién llegado a la gran ciudad y paseando por las calles de Brooklyn, conociendo un nuevo mundo.
Tal vez no es la película más memorable o el mejor rol de Will Smith, pero las escaleras del Museo Metropolitano son un lindo lugar para descansar después de una larga caminata por las inmensas galerías de arte.
Algunas fotos fueron directamente descartadas. Ya sea porque el lugar era irreconocible, porque hay árboles con cortan la composición, porque la luz dificultaba la escena o porque algunas áreas estaban cerradas al público.
En la foto original, a la derecha, imposible de notar el contraste: las sombras jugaron en contra. La edición, algo grotesca, muestra a la derecha la fallida intención con el afiche de la película Manhattan, de Woody Allen. El resto de fotos fallidas quedó para las stories de Instagram.
Parte musical
«El neoyorquino invisible», apodó The New York Times a David Bowie. El músico británico solía caminar por East Village con un bajo perfil, por lo que rara vez era notado por sus fanáticos. En esta ocasión, fue retratado caminando frente al hotel The Carlyle.
Durante siete años, John Lennon, su esposa Yoko Ono y su hijo Sean vivieron en el edificio Dakota, frente a Central Park, por lo que era habitual verlos caminar por esta cuadra. Ella sigue viviendo allí, a metros del lugar donde el ex Beatle fue asesinado por un fanático. Es una parada obligada para los amantes de la música de los Fab Four, ya que a metros está el monumento Strawberry Fields.
Aunque las fotos de los músicos salieron como un extra, por no querer dejar de buscar sus pisadas, son tal vez las que más me gustaron (y las que más reacciones tuvieron en Instagram). Varias son espontáneas, en su «hábitat natural». Con la composición, se hace más evidente que uno está recorriendo los mismos lugares por los que pasaron estas leyendas.
Kurt Cobain no era fanático de las fotos. El vocalista de Nirvana las aceptaba como parte de los contratos. Pero esta, con el fondo de «Los hombres ya no te protegen», le gustó. «Tómame una frente a eso», pidió, según recuerda Stephen Sweet, autor de la imagen.
En 26 años, la avenida cambió casi completamente y no se nota con facilidad que se trata del mismo lugar, frente a lo que era un cine, ahora cerrado.
Simon y Garfunkel, en la imagen que fue elegida para la tapa de Wednesday Morning, 3AM, álbum debut del dúo. Garfunkel contó que en la sesión se tomaron cientos de fotos que fueron descartadas por las inscripciones en las paredes de la estación, lo que a la larga lo inspiraría para una canción del siguiente disco.
The Strokes, una de las mejores bandas de Nueva York del siglo XXI, retratada en un momento en el que estaban a punto de saltar a la fama. El grupo de rock-indie fue reunido por el fotógrafo Cody Smyth afuera del Music Building. Se formaron en fila y posaron ante la cámara. «¿Quieres venir con nosotros?», lo invitaron. Esa noche tenían un show en Filadelfia. En el público, estaban los hermanos Gallagher, de Oasis. Pocos meses después se lanza el álbum Is This It, que fue un gran éxito y abrió la puerta a otras bandas de rock alternativo.
No faltaron reclamos o quejas. ¿Que faltó Sex and the city? ¿Que es un pecado dejar fuera a Friends (pese a que se grabó en sets de California)? Es posible. Pero también es lo que permite este «tour»: cada uno puede armarlo a medida. Y la inacabable Nueva York es, quizás, el mejor lugar del mundo para esto.
Fuente: Infobae