En la biografía que Carl Rollyson y Lisa Paddock dedican a la pensadora estadounidense Susan Sontag (Nueva York 1933-2004), una de las más solidas hasta el momento, describen su posición en el Olimpo de las personas más influyentes de Estados Unidos con una imagen poderosa: no era tan sólo una escritora importante sino una institución neoyorquina, con el poder suficiente como para destrozar y consagrar reputaciones. Su nombre -señalaban los autores- llegó a convertirse en sinónimo de un conjunto de expectativas, entre las que destacaba especialmente “el sueño de autorrealización, de autocreación, de una existencia única, en primer plano, con voz propia, independiente y atractiva».
Que Sontag, de cuya muerte se cumplen 15 años el próximo diciembre, fue unas de las mentes más brillantes del siglo XX y su legado sigue siendo una llave indispensable para comprender y contextualizar las claves incluso menos evidentes de la cultura contemporánea, son datos a esta altura conocidos, aunque su vida privada sigue arrojando revelaciones novedosas. Por estas horas se supo que un nueva exhaustiva investigación, de Benjamin Moser, que verá la luz en septiembre, confirma un hecho que circulaba, aunque de manera subrepticia en biografías antes publicadas: ella fue la verdadera autora del ensayo que consagró a su ex marido, Philipp Rieff (EEUU, 1922-2006), y padre de su único hijo, David; Freud: The Mind of The Moralist, publicado en 1959. Y no solo eso: habría cedido los derechos de ese texto en el marco de una puja legal por la tenencia del chico, después de que el padre de la criatura la acusara de no estar en condiciones de criarlo, por su condición de lesbiana.
Sontag y su famoso mechón blanco, en 1992./ AP
Según el libro de Moser, que llevará por título Sontag Her life and Work (Harper Collins), la escritora habría reescrito varias veces desde cero el texto para el que aportó el grueso de ideas y que finalmente Rieff -un sociólogo destacado de quien ella se había enamorado a sus 17 años a poco de haber ingresado a la universidad de Chicago, donde él ejercía como profesor-, firmaría como único autor. Faltaban todavía unos años para que Susan Sontag publicara su obra cumbre, Contra la interpretación (1966), y se hiciera mundialmente famosa.
Durante su estancia en Chicago, a la edad de 17 años, Sontag contrajo matrimonio con Philip Rieff, tras un noviazgo de diez días. A cuatro manos escribieron un ensayo que firmó él como único autor.
Según testimonios de allegados a la escritora, entrevistados por Moser, ella renunció a la autoría del libro -cuya participación en su momento quedó reducida así a un “agradecimiento especial a Susan Rieff”, así con el apellido de casada- por un acuerdo de divorcio que se vio obligada a firmar para poder quedarse con la custodia del hijo que compartían y teniendo que argumentar la obviedad de que que su bisexualidad –que reveló públicamente recién en el año 2000 en una entrevista con el diario The Guardian- no le impedía criar al chico sola.
Sontag también fue la primera mujer en California que rechazó la pensión por alimentos, tras la separación.
Si bien la mayoría de sus biógrafos, amigos y conocidos reconocían que Sontag debía haber influido y revisado la escritura de aquel ensayo sobre Freud, lo que se revela ahora es que la mayoría de las ideas las habría aportado Sontag.
En este sentido, entre los entrevistados por Moser, una amiga de Sontag comenta: “Susan se pasaba todas las tardes reescribiendo todo desde cero”. El libro también revela que en una carta que le escribió ella a su madre confiesa: “Estoy trabajando unas 10 horas cada día en este libro, voy por la tercera parte”.
Multiafacética. Escritora, crítica cultural, ensayista, novelista, activista política y cineasta. Pocos intelectuales bebieron de tantos mundos como Sontag.
El acuerdo divorcio, a su vez, estipuló que Rieff sería siempre nombrado como el único autor de Freud: The Mind of The Moralist, pese a que había sido escrito, con mirada benevolente hacia él, a cuatro manos.
Otro ensayo conocido de Rieff padre es The Triumph of The Therapeutic: Uses of Faith After Freud, aunque hay quienes aseveran que se trata, en rigor, del mismo libro, escrito desde perspectivas diferentes.
El silenciamiento de la auténtica autoría del primero de estos ensayos y el haber sometido a la madre de su hijo a una batalla legal por la tenencia de David pesaron, con el tiempo, sobre la conciencia de Philip Rieff, que sin embargo se tomó su tiempo para pedir disculpas:cuarenta años más tarde terminaría pidiéndole disculpas a Sontag, incluso por escrito. “Susan, amor de mi vida, madre de mi hijo. Coautora de este libro: perdóname. Por favor. Philip”, le escribió en una carta.
A partir de cientos de entrevistas realizadas desde Maui a Estocolmo, Londres y Sarajevo, y con casi cien imágenes, el libro de Moser –en pre venta en Amazon- será el primero basado en los archivos privados de la escritora. El trabajo se completa con conversaciones mantenidas entre el autor y decenas de personas que nunca antes han hablado de Sontag, incluida la fotógrafa Annie Leibovitz, su última pareja.
La historia de amor entre Sontag y Rieff se remonta a 1949: ella tenía 17 años cuando recibió una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Chicago, donde empezaba a destacar él como docente, que tenía 28 y se mostraba interesado en Sigmund Freud y las nuevas teorías sociológicas de la cultura. Sontag era, por su parte, una alumna brillante, cuya erudición cautivaba por igual a docentes y alumnos. Sus compañeros de Chicago la recibieron como lo que era: una estrella incipiente, aunque ella parecía darle poca importancia a los comentarios de sus pares. Por su parte, estaba abocada a descubrir la forma más rápida de comenzar a colaborar en alguna de las publicaciones culturales neoyorquinas que hasta entonces había consumido como lectora, entre ellas Partisan Review, en cuya plantilla ingresó posteriormente.
El primer encuentro con el padre de su único hijo se produjo en la clase de Sociología que dictaba Rieff con aires de superioridad y distanciamiento: una mañana, él la abordó al final del curso y le rogó que almorzaran juntos, «en nombre de los futuros hijos». Diez días después se casaron.
En 1965, un año antes de publicar el libro que la consagraría como crítica y ensayista a nivel mundial, «Contra la interpretación». Junto a su único hijo, David Rieff.
“Nos pasamos siete años hablando”, escribiría Sontag años más tarde. Mientras que en la entrevista que concedió al periodista Jonathan Cott para Rolling Stone diría: “Es muy duro tener varias vidas y tener un marido, o al menos el tipo de marido que tuve yo, que fue increíblemente intenso. Estábamos juntos todo el tiempo. Y es imposible vivir con alguien las veinticuatro horas del día, años y años, sin separarse nunca, y tener la libertad para crecer y cambiar y volar a Hong Kong si uno tiene ganas. Por eso digo que en algún punto del camino hay que elegir entre la Vida y el Proyecto”.
En su caso, la aventura intelectual en la que se había embarcado a mediados de los años 60 redundaría en un reconocimiento creciente, hasta su muerte, de leucemia, en 2004.
En 2003 fue galardonada en España con el prestigioso premio Príncipe de Asturias por su aporte al pensamiento y al arte. En 1999 el Gobierno de Francia la había distinguido como Commandeur de L’Ordre des Arts et Lettres en reconocimiento a su contribución a la cultura universal y a la francesa en particular. Por su labor en Bosnia, en 1994, se hizo acreedora del premio Montblanc y, antes de eso, había sido figura central en una superproducción de la revista Life denominada «Mujeres que conmocionaron al mundo». El ensayo «Notas sobre lo camp», de su libro Contra la interpretación, figura entre los cien mejores artículos de la historia de Estados Unidos, de acuerdo a la evaluación de un jurado de expertos reunidos por el Departamento de Periodismo de la Universidad de Nueva York. Sus obras han sido traducidas a más de treinta idiomas.
Sontag Básico
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Susan Sontag (Nueva York 1933-2004) fue una escritora -novelista y ensayista-, directora de cine y guionista estadounidense. Aunque se dedicó principalmente a su carrera literaria y ensayística, también ejerció la docencia y dirigió películas y obras teatrales. Entre los títulos más importantes de su obra ensayística destacan, además de Contra la interpretación (1966), Estilos radicales (1969), Sobre la fotografía(1977, premio a la crítica del National Book Critics Circle) y La enfermedad y sus metáforas (1977), cuya versión ampliada se publicó diez años más tarde, incluyendo El sida y sus metáforas (1988) y Bajo el signo de Saturno (1980). Publicó, además, cuatro obras de ficción: El benefactor (novela, 1963), Yo, etcétera (relatos cortos, 1978), El amante del volcán (novela, 1992) y En América (novela, 1999, por la que obtuvo el National Book Award y el Jerusalem Book Prize).
Fuente: Clarín.