Claramente, uno de los objetivos principales que se propuso alcanzar el cineasta Richard Lowenstein cuando dio inicio a la realización del documental Mystyfy: Michael Hutchence, que se presentó en el Festival de Cine de Karlovy Vary, en la República Checa, fue el de dar una visión cercana, más allá de la imagen de gran estrella y del amarillismo que rodeó la muerte del Michael Hutchence, líder de la banda INXS. Y, de paso, descartar que el final del cantante haya estado relacionado con un juego sexual sadomasoquista, mal que les pese a los cultores del morbo.
Alternando vídeos caseros con otros en los que se ve al cantante australiano en la intimidad, junto a escenas de sus actuaciones, más entrevistas y opiniones de sus amigos, familiares y parejas, entre ellas la también cantante Kylie Minogue, Lowenstein fue construyendo un relato que recibió críticas que van desde el excelente hasta el regular.
En una entrevista brindada al diario La Nación, Lowenstein volvió a descartar por completo la idea de la muerte en el marco de un juego sexual. «Llegué a esa conclusión por mí mismo, porque conocía a Michael muy bien, conocí a sus novias, y además porque pude acceder a la autopsia. No estoy de acuerdo con la teoría de que se ahorcó por un juego sexual porque entrevisté a muchas de sus compañeras y me confiaron su intimidad. Todas dijeron que le encantaba dar placer y que no había nada de ese tipo de juegos peligrosos y que era un gran amante».
Y concluyó, terminante, en la misma entrevista: «Fue, en efecto, un suicidio, pero porque tenía el cerebro dañado. Nadie se dio cuenta de ese daño. Michael tendría que haber hecho un tratamiento psicológico con supervisión y medicación. A eso le sumamos que estaba borracho y sin dormir. Además existe una llamada que le hace a Paula Yates veinte minutos antes, en la que le pide ayuda y que esté con él porque se siente solo, y eso no tiene nada que ver con un juego sexual».
Lowenstein tuvo que dejar pasar más de diez años para poder abordar la tarea pendiente y relatar la vida del cantante desde su punto de vista, el de un amigo cercano. Aún así, admite que tuvo muchas dificultades para dar con el enfoque que imaginaba para esa película.
Lo que no le faltaron fueron fuentes: entrevistó tanto a las parejas que había tenido el fallecido, como al resto de los miembros de INXS, además de otras estrellas y buenos amigos de Hutchence como el cantante de U2, Bono.
«Quería hacer un documental, pero diferente a lo que estamos acostumbrados, con gente hablando constantemente. Solo quería vídeos de él, ya que pensaba que no había nadie mejor que Michael Hutchence para representarse a sí mismo«, dijo Lowenstein. Esa misma decisión es la que le costó algunas críticas, que hicieron foco en la falta de testimonios orales del propio Hutchence.
Uno de los aspectos que quiso resaltar en su obra es la visión que Hutchence tenía de las mujeres, por las que sentía un gran respeto y se mostraba muy concienciado en la lucha por sus derechos. «Era un artista a la altura de Mick Jagger, Jim Morrison o John Lennon. Para nosotros fue un héroe nacional», aseguró el director.
Fuente. EFE, Clarín