Para arrancar, una placa negra dice que Quino está desilusionado con el devenir del mundo y que por eso «expresó sus sentimientos al respecto». La siguiente placa se lamenta: «Qué tristeza, pero es la realidad». Y siguen los dibujos del padre de Mafalda: en el primero un papá le muestra un auto a su hijo y arriba se lee «piernas». Después, aparece una pantalla de computadora: «Cerebro», le explica al nene.
Y después vendrán una pantalla de televisor en donde parece reproducirse una imagen pornográfica y el padre dirá «Cultura«. El siguiente dibujo es fuerte: el papá muestra un tacho de basura abierto al hijo y define: «Ideales, moral, honestidad». Se entiende: al tacho. Para finalmente concluir con otras dos ilustraciones. En la primera, el nene se enfrenta al espejo y el papá le dice que es «el prójimo a quien amar», para terminar con otra en la que, junto a un gigantesco billete de un dólar, se lee: «Dios».
Esas son las ilustraciones de Quino que alguien subió a Youtube, coloreadas y con placas de apertura y cierre.
«La genialidad del artista produce una de las mejores críticas sobre la educación, los hijos, los tiempos actuales», reflexiona su autor. Pero esto molestó a la familia del brillante humorista gráfico e historietista argentino: su sobrina y representante, Julieta Colombo, explicó que al autor le molesta mucho, no sólo que coloreen sin permiso sus trabajos, sino que se los utilice además para los fines más diversos. Prefiere que queden contenidos en sus libros y se respete su formato original. Y con su contexto, no con otro. En este caso, se trata de una tira publicada en un libro de 2012, por Ediciones De la Flor.
Ni hablar de que cada lector se arrogue el derecho de sumarle material explicativo, lo que parece ser un gesto inoportuno, incluso soberbio, tratándose de Joaquín Salvador Lavado, cuyas tiras se explican por sí solas. Sin embargo, el video se hizo viral y seguía circulando en las últimas horas en redes sociales.
«Este autor menciona que la tira se produjo en este contexto y eso es falso», señala Colombo. «Pasa lo mismo con las tiras de Mafalda: son atemporales, y preferimos que se lean de esa forma, sin alusión a contextos específicos determinados».
Fuente: Clarín.