Considera esta escena: en un episodio de la serie que se estrena el 14 de junio, dos integrantes del equipo (interpretados por Ana Fabrega y Julio Torres) están de compras en busca de un espejo con el que puedan aparentar que hay una entrada a otra dimensión. Mientras exploran en la tienda, el personaje de Fabrega hace una reflexión sobre su carrera de empleos temporales que la han dejado insatisfecha.
“¿Sabes?”, admite. “Mi sueño es ser el Cirque du Soleil”.
El personaje de Torres le pregunta: “¿Quieres ser parte del Cirque du Soleil?”.
“No”, responde Fabrega. “Quiero ser el Cirque du Soleil”. Explica que quiere ser los acróbatas, las carpas, la audiencia y los productos promocionales.
Al igual que en el resto de Los Espookys, el intercambio es honesto, excéntrico y casualmente surreal. También es un intercambio que sucede en español: esta es una de las pocas series de HBO que se presentan en un idioma distinto al inglés.
Los Espookys fue creada por Fabrega, Torres y Fred Armisen, quien formó parte de Saturday Night Live (SNL) y también ha ayudado a crear las series de comedia Documentary Now! y Portlandia.
Los creadores dijeron que esta nueva serie pretende rendir homenaje a sus raíces latinoamericanas, expandir un poco los límites de lo que ven los espectadores estadounidenses y superar lo que consideran un doble rasero en la televisión.
“Si una serie está en inglés, la piensan para que se vea en todo el mundo. Si una serie está en cualquier otro idioma, entonces solo es para esas personas”, dijo Torres. Agregó que el espíritu cómico de Los Espookys quizá es poco convencional, pero que el idioma que hablan sus personajes no debería ser una barrera para nadie.
“Está dirigida a una audiencia tan grande como sea posible, pero con una sensibilidad muy específica y única”, dijo sobre la serie.
Durante su periodo en el elenco de SNL, Armisen escribió una que otra escena de comedia en español, como la parodia de telenovelas “Besos y Lágrimas”, e interpretó a personajes inspirados en programas sabatinos latinoamericanos, como el baterista Fericito. Algunas de esas actuaciones eran en tributo a la madre de Armisen, que es venezolana, y a la cultura latinoamericana que conoció de niño.
Armisen dijo que quería crear una serie en español “que no fuera una explicación de la cultura latina, que vaya más allá de considerarla otredad”.
“No es como si la gente no hubiera escuchado antes sobre la cultura latina”, agregó. “Ya es parte de la cultura estadounidense. Es conocida por todos”.
Dijo que también quería crear una serie que tuviera una perspectiva fundamentalmente optimista. “No me gusta el conflicto en la televisión”, señaló Armisen. “Cada vez que veo un problema en una serie —un problema dramático, un problema narrativo— siempre pienso: ‘Ya pasen a lo bueno, por favor’”.
Más o menos cuando terminó Portlandia, programa de comedia que presenta un retrato exagerado de una localidad idiosincrática estadounidense, Armisen visitó Ciudad de México.
Encontró una subcultura de jóvenes fascinados con la moda gótica, las películas de terror, el death metal y la música rockabilly. Quería incorporar esas ideas en su nueva serie, e incluso consideró llamarla Ciudad de México (donde solo pasan cosas buenas).
El plan fue evolucionando con la ayuda de Fabrega (con quien había coincidido en Portlandia y en At Home With Amy Sedaris) y de Torres (actualmente uno de los guionistas para SNL).
Fabrega, de ascendencia panameña, y Torres, que nació y creció en El Salvador, compartían la visión de Armisen de que los personajes que interpretaran debían hablar español. “¿Por qué filmaríamos algo diciendo que todos somos hispanos sin que nadie hable español?”, indicó Fabrega.
Los creadores sintieron que poner subtítulos en inglés sería suficiente para que los espectadores que no hablan español pudieran seguir la historia.
“Como el 90 por ciento del mundo puede ver una película de Transformers si está subtitulada en su idioma”, dijo Torres. “A los niños no les cuesta trabajo hacerlo. Veamos qué tan maleables son los adultos estadounidenses. No creo que sea un gran reto”.
Fabrega y Torres empezaron a darle forma a los personajes que interpretarían en Los Espookys: Fabrega tiene el papel de una todóloga confiada llamada Tati. “Es ingenua, amable y abierta, pero en exceso”, comentó. “Solo quería explorar a alguien que tiene las mejores intenciones, pero está perdida”.
Torres interpreta a Andrés, el enigmático heredero de la fortuna de un chocolatero. “Hay una gama muy estrecha de personas que puedo y quiero interpretar”, dijo. “Este se encuentra en ese rango”.
El equipo de Los Espookys se completa con la sensata Úrsula (interpretada por la mexicana Cassandra Ciangherotti) y con Renaldo (el también mexicano Bernardo Velasco), el fundador del grupo que le da nombre a la serie. Armisen interpreta el papel del tío de Renaldo, un virtuoso para estacionar autos en valet.
La especificidad inicial de la ambientación de la serie, Ciudad de México, también evolucionó. Se volvió más ambigua para reflejar su mezcla de distintos acentos y tradiciones latinoamericanos, un mundo donde coexisten lo mundano y lo fantástico: un asistente de dentista frustrado, una caza embrujada, una empresa de sistema multinivel y un espíritu fantasmagórico que está obsesionado con la película El discurso del rey. La primera temporada de Los Espookys, con seis episodios, fue grabada en Santiago de Chile y sus alrededores, aunque la serie nunca menciona dónde exactamente sucede todo.
Lorne Michaels, creador de Saturday Night Live y productor ejecutivo de Los Espookys, dijo que la serie va a destacar por lo meticuloso que fue el desarrollo del universo en el que ocurre la serie y sus elementos muy específicos.
“Lo más común era que las televisoras te preguntaran cómo se podía hacer una comedia que atrajera a absolutamente todos”, dijo Michaels. “Sin embargo, ya no vivimos en ese mundo. La audiencia es mucho más osada y abierta. La gente encontrará lo que encaja con ella”.
Armisen dijo que solo tenía un objetivo con Los Espookys.
“Espero que permita que el movimiento gótico renazca y se apodere del mundo; si acaso, ese es el único grupo cuyos derechos estoy defendiendo”, dijo. “Espero que algún día todos los países tengan un líder gótico”.
Fuente: The New York Times