El actor y director francés Michel Didym, actual responsable del Centro Dramático Nacional Nancy Lorraine-La Manufacture, estuvo en varias oportunidades en Buenos Aires. En el marco del FIBA presentó dos proyectos sumamente singulares, La confesión (1999) y Diván (2004). Muy interesado en la dramaturgia contemporánea su campo de actividad siempre estuvo relacionado con la difusión de textos de nuevos autores. Hace poco menos de un mes trajo a Buenos Aires a diez creadores franceses para que realizaran un intercambio con pares argentinos, dentro del ciclo Tintas Frescas, que organizaron el Cervantes y la Alianza Francesa.
Su regreso ahora aporta una novedad: Didym presentará en el San Martín, como parte de la Temporada Internacional de esa sala, El enfermo imaginario, la última pieza escrita por Molière, que él mismo protagoniza. Se presentó en distintas ciudades del mundo desde 2015, y se estrena hoy y el elenco se completa con Elizabeth Mazev, Pauline Huruguen, Catherine Matisse, Bruno Ricci o Léo Grange, Jean-Marie Frin, Barthélémy Meridjen, Didier Sauvegrain y una niña.
«Es una obra muy moderna -explica-. A menudo se habla de Shakespeare como un gran constructor de maquinaria pero eso queda expuesto también en El enfermo imaginario. En su forma y en su contenido es un material muy contemporáneo porque habla del cuerpo y del dinero. Hoy el cuerpo es el fútbol, el tenis, y el dinero, la bolsa. Y también reflexiona sobre cuánto cuesta permanecer joven y bello».
Entre las referencias que el creador encuentra para remarcar la actualidad del texto estrenado en 1673 repara en la historia de un burgués a quien le atrae ingresar a círculos aristócratas porque quiere que su familia tenga ascenso social; hay una necesidad de apoderarse de la herencia de otro; se prepara un matrimonio forzado por conveniencia. Y algo que Didym señala con gran interés: «Quizá sea una de las mayores obras feministas del siglo XVII. En muchas obras de Molière se produce al final un golpe que da vuelta la situación. Y en varias ocasiones es un rey o un príncipe quien está al tanto de todo lo que sucede y resuelve la trama. Aquí hay una mujer modesta, la criada: femenina, inteligente, irónica, tiene un gran pensamiento intelectual y un buen sentido común obrero. Con ese sentido común y su inteligencia entiende todo lo que agita a su amo. Y así es como consigue ocultar lo que cree y llevar al cambio de la acción».
Por otro lado afirma: «Voy a continuar trabajando con autores contemporáneos. Pero tengo varios proyectos de textos clásicos. Acabo de hacer una creación mundial de una ópera llamada 7 minutos, del compositor Giorgio Battistelli, cuyo libreto escribió el italiano Stefano Massini. Hicimos una obra genial. Es una historia de doce mujeres que hacen una huelga en una fábrica y los compradores norteamericanos les piden que hagan el esfuerzo de trabajar más, pero por lo mismo».
Didym está convencido de que es interesante para el público hacer un ida y vuelta entre lo clásico y lo contemporáneo. «Uno tiene que estar en contacto con la sociedad civil -explica- y se da cuenta de que hay mucha defensa de los autores vivos pero que hay algunos grandes textos clásicos que los jóvenes no conocen. Mi misión también consiste en hacer que les guste el teatro clásico y el contemporáneo. Mostrar la belleza de Shakespeare, de Chéjov, de Molière y ver también la belleza de Daniel Veronese o de grandes autores franceses como Valere Novarina o Nathalie Fillion».
El enfermo imaginario
Dirección de Michel Didym.
T. San Martín, Corrientes 1530.
Hoy y mañana; y del 12 al 16, a las 20.