En enero de este mismo año, ‘Chicho’ recibió el Goya de Honor aunque no pudo asistir a la gala de Sevilla, y hace apenas unos días, el 4 de junio, la Filmoteca de Barcelona le rendía homenaje en un acto al que tampoco pudo acudir por su delicado estado de salud; y durante el que se proyectó la película ‘¿Quién puede matar a un niño?’, según recuerda RTVE.
Narciso Ibáñez Serrador (1935, Montevideo, Uruguay) es el hijo único de la pareja de actores Narciso Ibáñez Menta y Pepita Serrador. Criado entre giras y escenarios, debido a una enfermedad que padeció de niño se convirtió en un ávido lector y desarrolló su vocación intelectual.
En la década de los cincuenta, ya en España, trabaja como actor en la compañía de teatro de su madre y, poco después, pasa a la dirección teatral. En 1957 regresa a Argentina y, junto a su padre, inicia una exitosa colaboración en teatro, radio y televisión.
Es muy interesante recordar la conversación en la que Narciso Ibáñez Serrador, Goya de Honor 2019, y el joven director y productor de cine Juan Antonio Bayona charlan sobre el arte de crear suspenso:
Ibáñez Serrador se convirtió en un reputado profesional como actor, realizador y guionista en la televisión argentina, firmando muchas veces sus textos con el seudónimo Luis Peñafiel. Siendo el teatro sus orígenes, descubrió que la dirección y la escritura le atraían más que la actuación, convirtiéndose en lo que él denominó «autor que dirige» o «autor que realiza».
Llegó en 1963 a España, con cintas de sus trabajos en Argentina que presentó en Televisión Española, a la que trasladó todo lo que había aprendido en América, revolucionando y modernizando la televisión de los sesenta en España con series como ‘Mañana puede ser verdad’ o ‘La historia de Saint Michel’, pero especialmente con ‘Historias para no dormir’, en 1966.
A estas se suman los títulos para la pequeña pantalla como ‘El último reloj’, ‘El asfalto’, ‘Historias de la frivolidad’ y ‘El televisor (1974). Especializado en adaptaciones literarias y biografías de personajes célebres, sobre todo en su etapa argentina, fueron sin embargo sus historias de ciencia ficción y de terror las que más impactaron al público.
Este género también lo cultivó en el cine, alumbrando emblemáticos títulos del fantástico y el terror español como ‘La residencia’ (1969) y ‘¿Quién puede matar a un niño?’ (1976), de las que fue guionista y director.
EL HUMOR, OTRO SELLO DE IDENTIDAD
Su sello de identidad también incluyó el humor, con las presentaciones previas que hacía en ‘Historias para no dormir’ o en los ciclos de ‘Mis terrores favoritos’, a los que aportó un toque de ironía y comedia. En la carrera de este divulgador de los clásicos del género, también figuran novelas radiofónicas y las obras teatrales ‘Aprobado en castidad’, ‘El agujerito’ y ‘El águila y la niebla’.
Fundó la productora Prointel en 1970 para desarrollar sus propias producciones en cine, televisión, teatro y publicidad, entre las que se encuentran el mítico programa ‘Un dos, tres, responda otra vez’.
La trayectoria del hombre «tímido» que asustó, divirtió e hizo pensar al público fue reconocida con el Premio Nacional de Televisión en 2010, el Premio Maestro del Fantástico del Festival Nocturna, el Premio Ondas al Mejor Programa por ‘Hablemos de sexo’, premios Antena de Oro, Premio Iris y Premio Feroz de Honor, entre otros galardones, a los que ahora se suma el Goya de Honor 2019.
Fuente: Europapress.