Praga en busca de Kafka
La comunidad judía de Praga fue deportada y masacrada por los alemanes en los años 40, pero en tiempos del Imperio Austro Húngaro era una de las más importantes de Europa Central y la ciudad contaba con muchas sinagogas y cementerios judíos.
El más visitado y antiguo es el Starý židovský hřbitov. Está en el barrio de Josefov, en un recodo del río Moldova y existe desde el siglo XV. La estela más antigua tiene fecha de 1439 y recuerda al poeta Avigdor Karo. Su ámbito poético, con una frondosa vegetación y un mar de lápidas inclinadas por todos los costados atraen a muchos visitantes. Menos poético, el Nový židovský hřbitov (el Nuevo Cementerio Judío) de la capital checa fue creado en 1890 en el barrio de Žižkov. Está cerca de la base de la torre de la televisión, un mirador muy recomendable para ver Praga desde las alturas o admirar desde abajo los curiosos bebés de David Černý.
La tumba más buscada es la de Franz Kafka. Sobre la pared cercana, una placa recuerda a Max Brod, su amigo y difusor de su obra. Muy cerca está el cenotafio levantado en 1985 en memoria de los judíos de Checoslovaquia víctimas del Holocausto. La entrada del Nuevo Cementerio Judío está en Izraelská 1. Abre de 9 a 17 de domingo a jueves y hasta las 14 el viernes entre abril y octubre (hasta las 16 de domingo a jueves durante el invierno). Las tumbas de la familia Kafka están en las parcelas 21-14-21.
Ginebra Borges entre los reyes
La necrópolis de Plainpalais es conocida como la de los Reyes en la así llamada Roma Protestante. Suiza nunca fue una monarquía y este nombre viene de la calle lateral, la Rue des Rois. Los monarcas en cuestión eran en realidad los que lograban el mejor tiro de arcabuz durante un concurso anual que marcó la vida del barrio de 1509 a 1847.
Pero de alguna forma, los que están sepultados en este cementerio pueden aspirar a algún titulo, porque desde el siglo pasado un reglamento municipal reserva el camposanto a las personalidades que contribuyeron al renombre de la ciudad.
No fue siempre así y originalmente se creó en 1482 para inhumar a las víctimas de una epidemia de peste. En 1945 fue parquizado y se convirtió en un paseo poético para quienes quieran conocer las tumbas de muchos famosos que yacen allá. Jorge Luis Borges es vecino de otro argentino, el compositor Alberto Ginastera, y de muchas otras figuras como el reformador renacentista Calvino, Sophie Dostoïevskaïa (la hija de Fiodor Dostoïevski), el general Dufour (unificó Suiza en el siglo XIX), los educadores Jean Piaget y Émile Jaques-dalcroze, el escritor austríaco Robert Musil y el italiano Italo Calvino, el filósofo Denis de Rougemont y el inventor de la historieta Rodolphe Töpffer. La estela de Borges fue tallada a la manera de una piedra rúnica vikinga, en homenaje a la admiración que tenía por las sagas y la literatura islandesa. La entrada es en Rue des Rois 10. Como todos los cementerios de Ginebra, abre todos los días de 7.30 a 19.
Viena Concierto post mortem
El Zentralfriedhof de la capital austríaca es uno de los mayores cementerios de Europa por la superficie pero también por la gran cantidad de personalidades que yacen en sus tumbas. A pesar de su nombre, no es muy céntrico y hay que buscarlo en el barrio de Simmering, bastante lejos del centro histórico delimitado por el Ring.
Es tan grande que tiene varias entradas pero la principal es la segunda, con su puerta monumental y una perspectiva sobre la iglesia dedicada a San Carlos Borromeo, en medio del predio. El cementerio es mayoritariamente católico pero en su extensa superficie tiene parcelas dedicadas a otros credos. Reserva también sectores para los caídos de las dos guerras mundiales, agrupados por nacionalidades, y monumentos para las víctimas del nazismo.
Pero el cuadrado más visitado es el de los músicos, a mitad de camino entre la entrada y la capilla. Agrupa las sepulturas de Franz Schubert, Johannes Brahms, Ludwig van Beethoven, Franz von Suppé, los Strauss y muchos otros compositores menos conocidos.
El único que falta es Mozart, pero está presente gracias a un monumento conmemorativo. Otros sectores, otras músicas, las tumbas más visitadas por los austríacos son la de Falco, la (¿única?) estrella pop internacional austríaca y la del cantautor Udo Jürgens, quien descansa dentro de un piano de mármol blanco. La manera más cómoda de llegar es con el tranvía 71 que sale desde la Plaza Schwarzenberg. En el lenguaje popular vienés, “subirse al 71” es sinónimo de fallecimiento. La puerta 2 está en Simmeringer Hauptstra e 234. Abre de 8 a 17 en invierno y desde las 7 hasta las 20 en verano. Es recomendable pedir un plano en la entrada. Se alquilan audioguías por 6 euros. También es posible recorrer las calles principales en mateos.
París
La crème de la crème
El Père Lachaise es el más turístico del mundo, con más de tres millones de visitas al año que pasean entre sus 70.000 parcelas. El tal Padre Lachaise se llamaba François d’aix de la Chaise, o la Chaize, y era un jesuita que fue confesor del Rey Sol, Luis XIV.
La necrópolis ocupa una finca de verano que la orden tenía en el este de París y había sido un viñedo en la Edad Media. Luego de pasar de mano en mano, fue transformado en camposanto en 1803. Pero al principio los parisinos lo boicoteaban porque estaba fuera de los límites de la ciudad y dentro de un suburbio muy pobre. Para promoverlo, se transfirieron las sepulturas de algunos “famosos”: los eternos amantes medievales Eloísa y Abelardo, el dramaturgo Molière y el fabulista Jean de la Fontaine. Hoy se lo consideraría un hit publicitario. Lo cierto es que a partir de ese momento el Père Lachaise fue adoptado por las familias de la ciudad para sepultar a sus muertos.
En cuanto a las celebridades, si bien hay en todos los cementerios de París (como Cortázar en Montparnasse) son más numerosos en el Père Lachaise y los visitantes los van descubriendo al azar de sus caminatas o buscándolos, plano o GPS en mano: el poeta Guillaume Apollinaire, los actores Yves Montand y Simone Signoret, Chopin, el traductor de los jeroglíficos egipcios Champollion, los pintores Guéricault y Pissarro, los cantantes Gilbert Bécaud y Edith Piaf, el sociólogo Bourdieu, los autores Balzac, Colette y Oscar Wilde; y por supuesto Jim Morrison. La tumba del cantante de The Doors tiene la reputación de ser la más visitada. Se entra por el Bvd de Ménilmontant. La entrada es libre, pero se puede participar en visitas pagas, en varios idiomas. La Ciudad de París organiza también recorridas gratuitas los fines de semana (www.paris.fr/cimetieres). Abre de 8 a 17.30 en invierno y hasta las 18 en verano (a partir de las 8.30. el sábado y a las 9 los domingos y feriados.
Londres Fantasmas en Highgate
Este cementerio está en un barrio residencial del norte de Londres y se convirtió en un lugar de paseo por su entorno vegetal y monumental más que por la cantidad de famosos que lo “eligieron” como última morada.
Es romántico e intrigante a la vez, ideal para ambientar una historia de fantasmas o de vampiros… y de hecho las hubo, y encuentros con “grey figures” ocuparon la primera plana de los diarios londinenses en los años 70. Highgate es una de las siete necrópolis puestas en servicio en las periferias de Londres a principios del siglo XIX, inspiradas por el modelo sanitario francés (que llevó a la creación del Père Lachaise). Tiene más de 50.000 sepulturas, entre ellas las de George Michael, Malcom Mclaren, George Eliot y Karl Marx, cuya tumba fue parcialmente destruida a principios de este año y pintada con aerosol como Memorial of Bolchevik Holocaust…
El sector más fotografiado es la Avenida Egipcia, cuya entrada es como la puerta del templo de una civilización antigua olvidada en medio de una espesa vegetación. Sirve cada tanto de locación para películas como recientemente Animales Fantásticos, inspirada en la obra de J.K. Rowling.
Los seguidores de Harry Potter sin embargo prefieren visitar el Brompton Cemetery, en el oeste de Londres. La autora de la saga vivió cerca y se comenta que se inspiró en los nombres de varias estelas para bautizar algunos de sus personajes. La entrada está sobre Swain’s Lane, en el distrito Highgate. La entrada cuesta unos AR$ 900 por persona (oficialmente es para disuadir a potenciales vándalos). El cementerio abre todos los días de 10 a 17. en semana y a partir de las 11 los sábados y domingos. Hay visitas guiadas los sábados a las 14, que cuestan AR$ 450.
Fuente: La Nación.