La primera escena de The Hot Zone, la miniserie que se estrena esta noche a las 22, por National Geographic, podría ser el comienzo de una película de terror. Pero no lo es. La cámara se acerca a una lujosa casa en medio de una pradera africana. El lugar parece estar vacío, abandonado a las apuradas. Hasta que los espectadores descubren que el dueño del lugar está tan enfermo que apenas puede sostenerse en pie y con la última fuerza que le queda se dirige a un hospital dónde lo reciben sin saber que acarrea un virus mortal y extremadamente contagioso.
Ese es el punto de partida para la historia inspirada en hechos reales que protagonizanJulianna Margulies ( The Good Wife), Liam Cunningham ( Game of Thrones) y Noah Emmerich, el actor conocido por su papel en The Americans, que ya está bastante acostumbrado a interpretar a hombres valientes atrapados en medio de peligros de consecuencias globales.
Julianna Margulies y Liam Cunningham en The Hot Zone Crédito: National Geographic
«Creo que el agente Stan Beeman y teniente coronel Jerry Jaax son dos personajes muy diferentes entre sí aunque hay un hilo conductor que los une. Ambos están comprometidos con su país, los dos creen en trabajar para hacer del mundo un lugar más seguro y piensan en el bien mayor a costa de altos sacrificios personales», dice Emmerich en una charla telefónica con La Nación, apenas unos días después de haber conocido en la presentación de la miniserie al verdadero Jerry Jaax, un especialista en veterinaria que formó parte del equipo liderado por su esposa Nancy que consiguió contener el virus del Ebola cuando apareció por primera vez en los Estados Unidos en 1989.
«Conocía algo de esta historia y del libro de Richard Preston en el que está basada la miniserie pero no conocía los detalles. Y no tenía dimensión de lo terrible y peligroso que había sido todo. Era felizmente ignorante. Cuando empezas a enterarte más sobre estas cosas te das cuenta de lo frágil que es nuestra existencia en este planeta», explica el actor cuyo personaje demuestra ser comprensivo y contenedor con su esposa (Margulies), una científica que lo arriesga todo cuando descubre algo sospechoso en la muerte de unos monos de laboratorio que le llegan para analizar.
Usualmente el papel de Emmerich sería interpretado por una mujer, la esposa del héroe que mientras que él pone en juego su vida para evitar el desastre de una pandemia se ocupa de los hijos y de mantener la normalidad en sus vidas. Pero aquí ocurre otra cosa. «Lo que sucede es que esa forma tradicional de contar las historias tiene más que ver con las ideas de Hollywood sobre género que con un reflejo de la vida real», opina Emmerich, uno de los actores más destacados de un elenco que incluye a Topher Grace (El infiltrado del KKKlan) como un científico algo soberbio que tiene que decidir si informar o no a las autoridades que podría haberse contagiado accidentalmente del virus con una tasa de mortalidad del 90 por ciento.
«Lo interesante sobre esta historia es que cuando sucede una cosa así, cuando un tipo de virus como este amenaza a la humanidad, tenemos que unirnos, no podemos seguir viviendo divididos e ignorando el dolor ajeno. No sirve estar separados por países, por fronteras o por religiones, el virus no distingue esas cosas. Y eso nos demuestra que lo que todos queremos alrededor del mundo es estar seguros, que somos iguales y necesitamos las mismas cosas», explica el intérprete que antes de dedicarse a la actuación estudió historia en la universidad de Yale con la idea de dedicarse a las leyes y eventualmente a la política pero que cambió de trayectoria cuando se anotó en la escuela de cine en la universidad de Nueva York dónde aprendió las herramientas que luego le permitieron pasar del otro lado de las cámaras para dirigir tres episodios de The Americans y dos de Billions.
En el caso de The Hot Zone, la dirección quedó a cargo de Michael Uppendahl, un realizador con mucha experiencia en el género de terror ( The Walking Dead, American Horror Story, Castle Rock), un elemento que está constantemente presente en la trama de la miniserie que utiliza los flashbacks para mostrar la devastación que provocó el Ebola cuando fue descubierto en África y la lucha de un especialista interpretado por Cunningham por alertar de sus peligros a la comunidad científica.
«Este relato nos obliga a plantearnos grandes preguntas sobre cómo nos protegemos entre todos y cuál es la responsabilidad que tenemos como seres humanos con el resto de la humanidad», reflexiona Emmerich que integra una imaginaria liga de actores de carácter como Richard Jenkins o J.K. Simmons capaces de hacer brillar a un personaje secundario como si fuera el protagonista de la historia.
«No tengo muy claro lo que significa realmente ser un actor de carácter. A veces pienso que es la forma educada de decir que no soy tan guapo como Brad Pitt. Es cierto que en esta época gracias a las series se amplió el rango cuando se considera un actor para un rol protagónico. Y esa es una gran oportunidad para actores como yo. Que no somos Brad Pitt», se rie Emmerich, un sonido bastante ajeno a los últimos personajes que le tocó interpretar. Esos héroes anónimos dispuestos a sacrificar todo para hacer del mundo un lugar menos peor.