Malani, ganadora por una obra comprometida con los «silenciados y desposeídos de todo el mundo», manifestó su satisfacción por ser distinguida con un premio que lleva el nombre de un artista que es un «faro» para ella.
Junto al director de la Fundación Joan Miró, Marko Daniel, y de la directora general adjunta de la Fundación Bancaria «la Caixa», Elisa Durán, Malani, muy emocionada, rememoró que conoció a Miró a principios de la década de los 70 del pasado siglo, cuando estudiaba en París.
Desde entonces lo considera como un hombre de una «generosidad increíble» con respecto a las generaciones futuras, alguien con «una obra, toda ella fascinante», de la que ha aprendido «muchísimo».
Reconoció, sin embargo, que entonces ella contaba con poco más de 23 años y era muy tímida y a Miró lo veía «como a un hombre muy consolidado» y sentía «mucha vergüenza» de acercarse a él. «Pero tenía mucha relación con artistas que sí eran colegas suyos y asistía a sus lecciones magistrales, formaba parte de su entorno, iba haciendo círculos a su alrededor».
La artista, nacida en Karachi en 1946, que creció entre Calcuta y Bombay, adonde su familia tuvo que exiliarse tras la partición de la India, expondrá su obra por primera vez en España cuando en 2020 protagonice en la Fundación Miró una exposición monográfica en un edificio que también la fascina.
Autora de instalaciones «complejas e inmersivas», Malani no dudó en afirmar que todos deberían tener «el arte bajo la piel», convencida de que si así fuera «muchos de los problemas» actuales «tendrían respuesta, la violencia podría ser confrontada con el arte».
«Sin arte hay aburrimiento y con aburrimiento, hay violencia», afirmó la artista que exhibió su trabajo en el Centro Pompidou de París, el MoMA de Nueva York o el Stedelijk Museum de Amsterdam.
El jurado del Joan Miró, compuesto por Iwona Blazwick, Alfred Pacquement, Magnus af Petersens, Joao Ribas, Nimfa Bisbe y Marko Daniel, otorgó el premio por unanimidad y destacó de Malani su «prolongado compromiso con los valores de la imaginación radical y la conciencia sociopolítica, tan apreciados por Joan Miró».