Pamela Stupía está a pocos metros. Sin embargo, a Jazmín le queda un rato largo para llegar a esa youtuber devenida escritora a la que adora y que este domingo se dedicó a firmar libros. Las separa una hilera interminable de chicas, un vallado precario, personal de seguridad. A Jazmín, de 14 años, no le importa. Está en la Feria del Libro desde las nueve de la mañana y obtuvo uno de los preciados 400 números para ver a su ídola en vivo. «Vine de Chascomús y de acá no me muevo», dice con su campera de piel, sus brackets, la cara cubierta de glitter.
Un hit cada año en la Feria es la firma de ejemplares. Las redes sociales y los youtubers se han ocupado de transformar este momento de ínfima intimidad entre lectores y escritores en un espectáculo que se instagramea sí o sí. Y que incluso puede terminar en conflicto. De hecho, el sábado, la youtuber Lyna Vallejos suspendió la firma de libros luego de un tumulto. Las autoridades de la Feria tuvieron que publicar un comunicado aclaratorio tras el revuelo que se armó.
Comunicado sobre la firma de Lyna Vallejos. pic.twitter.com/tpQj473K6F
— Feria del Libro (@ferialibro) 5 de mayo de 2019
Otro hit es (o debería ser) la compra de libros. Editores, vendedores y libreros acuerdan en que la segunda semana de la Feria termina con números más auspiciosos que la primera en cuanto a cantidad de visitantes aunque las ventas sean menores al año pasado. Los libros con mirada de género (en especial, Rita Segato, quien abrió la Feria y la teórica Judith Butler) vienen en subida. Además, aquellos libros que apelan al vínculo entre mujeres y magia desde el punto de vista teórico y práctico. Es decir, tienen mucha salida Calibán y la bruja, de Silvia Federici (editorial Tinta Limón) pero también, Bruja moderna, de Dalia Walker (Monoblock), dos editoriales independientes.
¿Lo llevo o no lo llevo? Una lectora este domingo, en la Feria del Libro. / Germán García Adrasti
Por el lado de las editoriales mainstream rankean arriba los libros de Darío Sztajnszrajber pero sobre todo Sinceramente, de Cristina Fernández de Kirchner, que va por su sexta edición. Además de la pasión que despierta la cultura youtuber, se venden bien los libros de autoras feministas como Claudia Piñeiro y Luciana Peker.
Todo público. Llegan a la Feria del Libro visitantes de muchos lugares y de todas las edades. / Germán García Adrasti
Claudio Fazio no venía a la Feria desde que era joven pero ayer le tocó esperar por Stupía mientras su hija Luli, de 11 años, y sus amigas, mostraban con orgullo un afiche que pintaron entre todas. «Veo que se pueden hacer muchas cosas porque en cada stand pasa algo y eso está bueno», observó. Adriana Basualdo acompañó a su sobrina Fiorela, que viajó desde Puerto Madryn y obtuvo el número 16 para conocer a Stupía. «Valió la pena el sacrificio. Estamos desde las nueve de la mañana y ya son más de las siete», dijo esta docente mientras mostraba el kit de espera completo: reposera, almohadas y mate. «Yo vengo a la Feria seguido. Antes había más ofertas. Ahora puedo venir a mirar pero el sueldo no me da para comprar nada», agregó.
@ferialibro somos unas 50 personas en la puerta y realmente está lloviendo muchísimo, estamos esperando por la firma de Pame Stupia y queríamos saber si podrían abrir al menos un tiempo antes! Muchas gracias 💫
— Chαrι loves pαmelitα ✨ (@AmorxFd) 5 de mayo de 2019
Benjamin Angeloni, gerente de ventas de Riverside, aseguró que los dos libros más vendidos del stand son Serotonina, de Michel Houellebecq y la biografía de Silvina Ocampo La hermana menor, de Mariana Enríquez, ambos de Anagrama. Ignacio Iraola, de Planeta, comentó que vienen siendo muy pedidos el flamante Filosofía a martillazos, de Sztajnszrajber y Equilibrio de Daniel López Rosetti. Desde Random House -la editorial del libro de Cristina- también señalaron la fidelidad de los lectores por Florencia Bonelli.
Lluvia, pasillos, chicos, libros, mujeres. Estalló la Feria, otra vez.
Fuente: Clarín