Dice que era un estudiante mediocre, pero inventó al profesor más amado de la televisión. Héctor Lozano no es tan conocido como el actor Francesc Orella Pinell, que le puso el cuerpo al docente de Filosofía Merlí Bergeron, pero esa superposición entre el personaje y el creador no parece incomodarlo. Mientras se preparaba para subir al avión para venir a Buenos Aires a participar de la Feria del Libro, este guionista y escritor repasó los secretos de una serie que, promete, tendrá continuación este año.
Carlos Cuevas y Héctor Lozano, actor y guionista de la serie «Merlí», con el libro de Lozano que se presenta en Buenos Aires. / Instagram
En la Feria, ya se sabe, será una de las visitas más esperada. Estará el martes 30 a las 20.30 con el actor Carlos Cuevas, que interpreta a Pol Rubio en la serie. Ambos presentarán Cuando fuimos los peripatéticos. El fenómeno Merlí, la novela que recupera la historia del profesor y sus estudiantes con algunos agregados que calmarán la ansiedad de un público que ya escuchó hablar de una continuación. Al respecto, Lozano anticipa: “Estamos a punto de rodar Merlí-Sapere Aude, el spin off, con Pol Rubio como protagonista estudiando en la facultad de Filosofía”. Y promete: “Nuevos alumnos, nuevos profesores. ¡Por fin una serie universitaria!”, se alegra.
De manera que, mientras llega el encuentro con el público argentino el martes que viene en la sala Jorge Luis Borges que, por ubicación y espacio, permite que la gente pueda seguir lo que sucede desde afuera y en pantallas gigantes, Lozano anticipa detalles en diálogo con clarín.
–Merlí apareció en las historias que le contó un amigo que es profesor de literatura. ¿Qué hay de su propia experiencia como estudiante? ¿Qué tal le iba en el instituto y qué profesores cree que le dejaron una marca?
–Yo, como estudiante, siempre sacaba notas discretas: un 5, un 6… De hecho, repetí dos cursos. Pero me lo pasé genial en clase. Me encantaba ir a la escuela y odiaba los viernes porque se acababa aquello. Todavía me pasa: mi día preferido son los lunes porque es cuando empiezan a pasar cosas. Y sobre los profesores, hubo los que me dejaron marca: los recuerdo con cariño. Y hay muchos «Merlí» por todo el mundo, carismáticos y que saben conectar con el alumno.
Pol, de la serie Merlí, estará en la 45ª Feria del Libro de Buenos Aires.
–Todos pueden identificarse con algún personaje de Merlí: ¿Es que son iguales todos los institutos del mundo?
–¡Claro! Tienen mucho en común y además la adolescencia esta llena de tópicos. Yo lo que hice es mostrarlos y profundizar en ellos, conocerles de cerca, no quedarme con la primera imagen del personaje, y jugar mucho con la identificación. Quise escribir la serie que me hubiera gustado ver a los 16 años. Nací demasiado pronto, ojalá hubiera tenido un Merlí televisivo cuando era un teenager.
–El amor parece ser la asignatura en la que todos tienen problemas. ¿Por qué es tan difícil relacionarse en estos tiempos?
–Parece que en estos tiempos todo está orientado a recluirnos en casa: comprar por Internet, ver películas en TV y no en el cine, y conocer a tu pareja por la red también, sin salir de casa. En este sentido, estoy contento de haber nacido en los 70, porque fui joven sin móvil y eso es una gran experiencia de vida.
«Ojalá hubiera tenido un Merlí televisivo cuando era un teenager», dice el autor de Merlí.
–Homosexualidad, maternidad adolescente, inmigración, falta de atención de los adultos… la serie muestra que la juventud que se añora desde la edad adulta no era tan maravillosa. ¿Por qué le parece que se idealiza ese momento de la vida que –en verdad– es de los más difíciles?
–Pero es que la adolescencia es una época de la vida que no acaba nunca. Somos adolescentes hasta que morimos. Incluso empeora con el tiempo. Lo que añoramos es ese tiempo en el que no teníamos grandes responsabilidades, éramos o nos sentíamos más libres, sin ataduras, jugando, enamorándonos y dejándonos cuidar por la familia. Y, sobre todo, añoramos sentirnos eternos a esa edad en la que la muerte queda tan, tan, tan lejos.
–¿Participó usted del casting para elegir a los actores que interpretaron a los estudiantes de la clase?
–Si, desde el principio y todavía ahora con el spin off. Soy productor ejecutivo de la serie, es una serie muy personal, era importante mi implicación. Estoy muy contento con el casting.
Lozano participó desde el principio como productor ejecutivo de la serie, en el casting que seleccionó a los autores.
–Ha dicho usted que el personaje de Bruno tiene algunos componentes biográficos. ¿Hay otros personajes que tengan a conocidos o amigos o ex compañeros como inspiración?
–Toda la serie está llena de inspiraciones personales, ya sea de gente a quien conozco, o cosas que leí una vez, o películas, series, es imposible escribir sin referentes. Pero todos los personajes tienen algo de mí, porque me meto de lleno en ellos cuando escribo. Acabo hablando solo en casa, recitando los diálogos… ¿mis vecinos pensarán que estoy loco?
–Pol Rubio posa de muy duro pero tiene una vida familiar de grandes ausencias y debilidades. ¿Necesitaba disculparlo?
–No hay nadie sencillo. Creo que Pol tiene muchas capas, es uno de los personajes más tierno y sensible que he escrito, contradictorio, interesante, y estoy enamorado de él, porque me da la sensación de que existe realmente. Carlos Cuevas le ha dado vida con mucha verdad, como los grandes actores. Y además, le veremos crecer y madurar en el spin off de Merlí, titulado Sapere Aude.
«Me encantó mirar hacia atrás con nostalgia y recrearme en esas tramas que tanto llegaron a la gente, y ademas inventar nuevas historias, profundizar más en ellas», dice Lozano.
–La narrativa de la televisión necesita de sus estereotipos: ¿Qué personaje le parece que fue el más sorprendente o el que escapaba a lo esperado?
–Merlí, obviamente, iba sorprendiendo a cada capítulo y caló hondo en los espectadores.
–¿Influyó la interpretación de los actores en el momento de re-escribir de nuevo la historia en Cuando fuimos los peripatéticos. La novela de Merlí?
–Siempre que escribes conociendo a los actores que interpretan al personaje, inevitablemente piensas en el cuerpo de esos intérpretes. Eso es bueno porque ya le pones cara al personaje y, escribiendo la novela, obviamente pensé en ellos y eso facilitaba las cosas. La escritura del libro fue posterior a la serie, pero muy cerca del final. Me encantó mirar hacia atrás con nostalgia y recrearme en esas tramas que tanto llegaron a la gente, y ademas inventar nuevas historias, profundizar más en ellas.
–¿En algún momento le cuestionaron que la serie fuera hablada en catalán?
–Nunca. Era una serie para la televisión catalana, solo podía ser en catalán.
–¿Cómo se compuso el lenguaje que hablan los adolescentes para que fuera verosímil y, al mismo tiempo, comprensible para todo público?
–Escuchando a los actores aprendí muchas palabras que yo, veinte años antes, no decía. Era importante para darle esa verdad que tiene la serie. El público catalán joven habla igual que ellos. Eso acerca la serie al espectador y la abrazan, dicen: esta es mi serie porque hablan como yo.
Merlí-Sapere Aude se está grabando ahora y tendrá como protagonista a Pol.
–¿Qué sigue a Merlí en su carrera?
–Ahora estamos a punto de rodar Merlí-Sapere Aude. Tambien tengo proyectos para 4 ó 5 series, y he acabado el guión de una película, de momento sin productor ¿Alguno interesado en financiarla? Es una historia universal, como Merlí.
Cuándo, dónde
Héctor Lozano y Carlos Cuevas se presentarán en la Feria del Libro el martes 30 a las 20.30. Sala Jorge Luis Borges.
Fuente: Clarin