Nota del Editor: el presente artículo fue publicado originalmente en 2017, antes de que comenzaran los trabajo de remodelación.
De lejos, desde el atrio, se la ve impecable. Parece perfecta, armónica, con sus portales trabajados, su altura imponente, sus hermosas estatuas. Pero, observando más de cerca se ven columnas y pináculos desequilibrados -algunos debieron ser reforzados-, piedras agrietadas, arbotantes en mal estado y hasta algunas de sus gárgolas reemplazadas por tubos de PVC…
Año a año, las piezas que se van desprendiendo son guardadas a la espera de tiempos mejores. En los 90, la fachada fue limpiada para quitarle la capa gris que la había ido ensombreciendo con el tiempo, al punto de ocultar la riqueza artística de sus portales. Ahora, la edad del edificio y la gran frecuentación de que es objeto imponen la necesidad de una urgente restauración.
La diócesis de París anunció recientemente un acuerdo marco con el Ejecutivo francés para restaurar esta casi milenaria catedral que es el más antiguo de los grandes símbolos de la Capital francesa. Serán necesarios como mínimo unos 60 millones de euros -algunos dicen 100- entre créditos públicos y fondos privados.
Este monumento medieval sin igual lleva ochocientos años erguido en el corazón de la ciudad luz, en la isla de la Cité, allí donde París fue fundada como una pequeña aldea romana con el bonito nombre de Lutétia.
La hermosa y armónica fachada de Notre-Dame de París
Obra maestra del arte gótico, cada año es visitada por la impresionante cifra de entre 12 y 13 millones de personas. Su construcción, iniciada en 1163 y completada recién en 1345, insumió casi dos siglos. Posteriormente, hubo muchos trabajos de reforma y renovación. El más importante fue el que realizó el famoso arquitecto Eugène Viollet-le-Duc a mediados de 1800, tras los daños causados durante la Revolución Francesa. Este restaurador agregó varias estatuas y esculturas decorativas y levantó la flecha, hasta entonces inexistente y una de las piezas que hoy está en riesgo…Con ese agregado, la altura de la Catedral se elevó a los 96 metros.
Philippe Villeneuve, arquitecto a cargo de Monumentos Históricos desde 2013, fue el encargado de hacer el relevamiento de los problemas y será el coordinador de las obras.
Lo más urgente es la flecha, explicó, y de hecho su restauración empieza en septiembre próximo. Está recubierta por una capa de plomo, hoy perforada en varias partes. Habrá que retirar esa cobertura para evaluar los daños en la armazón que es de madera (roble) y seguramente está afectada por el agua filtrada a través de los agujeros de la capa.
Asimismo habrá que reparar los célebres vitrales de Notre Dame. Los rosetones norte y sur, que son del siglo XIII, serán limpiados y se revisará su impermeabilidad. De ser necesario, se los doblará de un segundo vidrio externo para protegerlos.
También están muy afectadas las quimeras -estatuas decorativas, en su mayoría agregadas por Viollet-le-Duc-, las gárgolas (muchas de las cuales representan animales fantásticos que recubren las canaletas) y el ángel de Resurrección, ubicado en el techo.
Notre Dame pertenece al Estado francés, que gasta anualmente dos millones de euros en mantenerla. El acuerdo marco, firmado por la flamante ministra de Cultura, Audrey Azoulay, el cardenal arzobispo André Vingt-Trois y la intendenta de París, Anne Hidalgo, prevé que el Estado sume un euro más de subvención por cada euro de mecenazgo que recaude la Fundación Avenir du Patrimoine à Paris(Porvenir del Patrimonio en París), hasta un límite de contribución pública de 4 millones de euros.
Es así como podría alcanzarse la cifra de 60 millones de euros en diez años, que tampoco alcanzaría para completar todos los trabajos necesarios que, además de la flecha, conciernen el coro, los arcos de la nave, los vitrales, el camino de ronda y las estatuas de la sacristía, entre otros.
De acuerdo al comunicado oficial, serían necesarios 150 millones de euros en total. En los Estados Unidos, se ha constituido una fundación llamada «Friends of Notre-Dame de Paris» para completar el aporte. En su página web puede apreciarse en detalle el deterioro que exhiben las partes a restaurar.
El punto Cero de todas las rutas de Francia
En la plaza frente a la Catedral, está grabada en la piedra una rosa de los vientos que indica el inicio de todas las rutas de Francia.
La Biblia en una fachada
La fachada principal de la Catedral de Notre Dame está cubierta de estatuas que cuentan la historia de la Biblia y del cristianismo de modo que puedan entenderla incluso los que no saben leer.
El pórtico central representa el Juicio Final. En la franja media, el arcángel Miguel pesa las almas de los muertos que luego son elevadas al Paraíso (en fila a la diestra de Jesucristo) o enviados al Infierno (al otro lado, con actitud de condenados, también en fila, pero mirando hacia el otro lado. Frente al arcángel, el demonio y, detalle «gracioso», un diablillo que, desde abajo, intenta mover la balanza para torcer el veredicto…
Por encima de esta escena, Cristo sentado en su trono escucha a la Virgen y a San Juan que abogan por los hombres, mientras que dos ángeles sostienen los instrumentos de la Pasión: la cruz, la túnica, la lanza del centurión, etcétera.
Alrededor, completando la escena, se ve una gran corte celestial compuesta por ángeles, patriarcas, profetas, doctores de la Iglesia, mártires y vírgenes.
El pórtico lateral norte está dedicado a la Virgen María. Arriba, su coronación. Debajo, Jesús resucitando a su madre, ligeramente elevada por dos ángeles. En la columna central, la Virgen con el niño.
El pórtico lateral sur está consagrado a Santa Ana, madre de la Virgen. Se ve a María sentada en un trono y flanqueada por ángeles. A la derecha, Luis VII, rodilla a tierra, a la izquierda Maurice de Sully: respectivamente rey y obispo que iniciaron la construcción de la Catedral. En el pilar central, Saint Marcel, obispo de París en el siglo V.
Un «bosque» entero dentro de Notre-Dame
Si se calcula la cantidad total de madera utilizada en las estructuras o armaduras del coro y de la nave, que están entre las más antiguas de París -datan de fines del siglo XII y comienzos del XIII-, el resultado equivale a un bosque de roble de 21 hectáreas. Cada viga proviene de un árbol diferente. El conjunto recibe precisamente el nombre de «bosque».
Una Catedral «ecológica»
«Tenemos, si se me permite decirlo, un monumento ecológico, edificado con materiales simples y que ha atravesado los siglos. Cuando sea posible, hay que volver a los protocolos de restauración más simples», dijo al diario católico La Croixel arquitecto Philippe Villeneuve.
Este especialista aspira a conservar las viejas piedras usadas en la construcción de la Catedral, que aunque marcadas por el tiempo, están estructuralmente enteras, y «son -dice- como las arrugas de expresión de este monumento».
Originalmente, todas las piedras de Notre Dame venían de la misma región parisina. Al ritmo de las reparaciones, algunas fueron reemplazadas por bloques traídos de otras canteras. Según el arquitecto Villeneuve, esta mezcla de calidades causa un «juego» en muros y estructuras que acelera el desgaste.
«Por lo general, soy muy reticente al uso de productos químicos», insiste, explicando que la mezcla de materiales ha generado desgaste.
Cabezas cortadas
Como se dijo, una de las características de Notre Dame es tener en su frente representada buena parte de la historia bíblica. Por encima de los tres portales -uno grande, central, y dos laterales algo menores- se extiende la «galería de los reyes». Se trata de 28 estatuas que representan a los reyes de Judá, ancestros de la Virgen María. Durante la Revolución Francesa (1789) y en medio de la fiebre iconoclasta que ésta generó, esos reyes fueron tomados por soberanos franceses y decapitados. Parte de la restauración de Viollet-Le-Duc consistió en hacer réplicas de las cabezas reales para reparar las estatuas decapitadas.
Pero en 1977, veintuna de las testas originales fueron recuperadas durante la restauración de una mansión privada. Las cabezas cortadas, y algunos fragmentos, están expuestas desde entonces en el Museo de la Edad Media, y son una muestra del gran desarrollo que ya tenía la escultura parisina, en una época tan temprana como el siglo XIII.
La Catedral que por un tiempo fue atea
La Revolución Francesa, que partió en cruzada atea contra todo lo religioso, no se detuvo a las puertas de la Catedral. Primero la convirtió en simple depósito, luego en «Templo de la Razón».
En el marco de la descristianización de Francia, el arzobispo de París fue obligado a reemplazar su mitra por el gorro frigio rojo, símbolo de la República. La Revolución instituyó un credo revolucionario y cívico y el Culto a la Razón. En este marco, hubo expropiaciones, cambios de nombre y de función, etcétera.
Notre Dame recuperó su condición de catedral católica romana en 1802. Pero su estado lamentable hacía temer una demolición. Su primer salvador fue Napoleón, que la eligió para su coronación el 2 de diciembre de 1804. Años después, la novela «Notre-Dame de París», de Víctor Hugo, le devolvió prestigio y generó el clima favorable para su restauración, iniciada en 1845.
Quimeras
Un verdadero bestiario fantástico adorna las cornisas de la Catedral. Hoy son un elemento característico de Notre Dame, pero no existían en la Edad Media; son creación del imaginativo Viollet-le-Duc.
A diferencia de las gárgolas, que cumplen la función de disimular las canaletas que evacúan el agua de lluvia, las quimeras sólo tienen función decorativa.
Los cameos del arquitecto
Quien piense que los cameos -apariciones fugaces de un director en sus películas, por ejemplo- son un invento del cine, está en un error.
El arquitecto Viollet-le-Duc se representó a sí mismo tres veces en Notre Dame. Una es bastante conocida. Doce apóstoles rodean la flecha en el techo de la Catedral. Santo Tomás tiene los rasgos del arquitecto que contempla su obra desde lo alto. Un modo muy original de firmar su trabajo.
Esas estatuas, de cobre, serán desmontadas. Antes de ser llevadas al taller de reparación se las expondrá en el interior de Notre Dame, como forma de sensibilizar al público y recaudar más fondos para los arreglos.
En otra catedral restaurada por él. la de Amiens, puede verse su cabeza asomando bajo los pies de otra. Es su aparición más disimulada…
Fuente: Infobae.