Hace unos días Yayoi Kusama cumplió 90 años, es la artista contemporánea que más publico atrae a sus exposiciones por todo el mundo. En el 2013 tuvo una gran exposición aquí en el MALBA y fue la mayor atracción del año con cien de sus obras en la muestra. Nació en 1929 en Matsumoto, Japón. De una familia de buen pasar, pero muy conflictiva, su madre era muy celosa y la mandaba a espiar a su padre, dice ella que esto la marcó y le causó una aversión violenta al sexo. Ya a los diez años comienzan sus problemas mentales.
Sus primeras pinturas están dentro del movimiento de expresionismo abstracto y cuando cuenta 28 años viaja a Nueva York donde vivirá 15 años, sus amigos fueron Georgia O’Keeffe, Donald Judd, Andy Warhol y Eva Hesse. Su actividad contra la guerra de Vietnam le dio una fama enorme, hacía instalaciones y performances contra la guerra, e incluso le propuso a Richard Nixon noches de lujuria con él si terminaba con la guerra.
Son los lunares su toque personal en sus obras y la calabaza una constante desde hace décadas, la fama es algo que le encanta y manifiesta: «me encanta ser famosa y trato de serlo cada vez más». Es la artista pop más famosa y sus happenings, donde presentaba desnudos con lunares, eran la gran atracción en Manhattan.
Vuelve al Japón en 1973 e intenta ser marchand de arte, pero fracasa y en 1977, con 48 años de edad, se auto interna en un psiquiátrico, el Hospital Seiwa, donde continúa viviendo, y su estudio está a pocos metros del mismo. Comienza a escribir poesía, novelas hasta una autobiografía, todos con gran éxito de crítica y ventas. Sus retrospectivas, tanto en el MOMA de Nueva York como en el Museo Whitney y en la Tate Modern de Londres, la llevaron a una gran popularidad y reconocimiento.
Trabajó intensamente en Estados Unidos, pero no tuvo éxito económico y debió ser sostenida por sus amigos, entre ellos Joseph Cornell con quien la unió un amor platónico. Un gran éxito para ella fue la Bienal de Venecia de 1993, donde presentó infinidad de calabazas con puntos y ella participaba vistiendo un kimono y manifestando que su autorretrato eran las calabazas. Sus obras se encuentran en los mayores museos del mundo y multitudes concurren a sus exposiciones. Ha sido representada por las mayores galerías del mundo: Victoria Miro, David Zwirner, Gagosian y Robert Miller. El pasado 1º de abril se vendió una de sus obras de 1959, que son miles de pequeños puntos sobre blanco, en 8 millones de dólares en una subasta en Hong Kong. Superando a otra similar vendida hace cinco años en 7 millones.
En 20 años sus precios han aumentado un 700%, y sus grabados aún más. Se ofrecen en el mercado unas 60 pinturas y unos 90 grabados, 20 esculturas y objetos por año. El volumen de ventas ha crecido 40 veces y creo que este año 2019 será uno de los diez artistas con mayor demanda en el mundo y la primera entre las mujeres.
Fuente: El Cronista.