Desde hace 21 años, durante diez días, se produce una suerte de sismo amable en el mundo del cine porteño. De pronto, películas que en sus estrenos comerciales no alcanzarían una cantidad modesta de espectadores se convierten acá en ocasión para que las salas se llenen con un público ávido de ver este tipo de cine. De pronto, también, nombres de realizadores no conocidos para el público general se vuelven en estos días muy frecuentes de escuchar.
So Long, My Son, de Wang Xiaoshuai
Es muy común que el Bafici traiga entre sus títulos películas de cineastas de importante trayectoria que no siempre encuentran distribución en los estrenos comerciales. Éste tendrá lo nuevo de directores como Mia Hansen-Løve, Brillante Mendoza, Abdelatif Kechiche, Nanni Moretti y otros más; no obstante esto, quizás la más recomendable de todas las películas de realizadores consagrados sea el nuevo film de Xiaoshuai.
So Long, My Son es una gran película de tres horas realizada por uno de los cineastas independientes más brillantes del cine chino. A él se le deben películas notables como Shangai Dreams, o So Close to Paradise. Aún así, su figura está lejos de ser muy conocida incluso dentro del circuito cinéfilo. Quizás So Long, My Son sea una buena oportunidad.
El film cuenta la historia de dos matrimonios en la China de 1980 hasta la actualidad y su propuesta es ir y venir en el tiempo hasta trazar un retrato tanto de estos protagonistas y sus capacidades y limitaciones para ir adaptándose a los cambios sociales como de varios conflictos que tuvieron lugar en la China de las últimas décadas. El resultado es una obra maestra del melodrama, cuya duración termina siendo incluso breve en relación a la cantidad de peripecias que tiene para narrar y en cuanto al alcance de su ambición.
Swing Kids, de Kang Hyeong-cheol
Cada tanto, Corea del Sur hace una película extremadamente exitosa en su propio país que muy pocas veces conoce distribución acá. A veces, ese éxito viene acompañado de una gran calidad. Cuando eso sucede, el Bafici es casi siempre el encargado de dar esa película a conocer. Swing Kids es un caso.
Melodrama y musical que transcurre en un campo de concentración en plena guerra de Corea. Una de esas películas que, al describirse, pareciera augurar un desastre, pero que, al verse, logra conjugar perfectamente el color y la felicidad de los musicales y la tragedia de un contexto histórico. Una de esas rarezas bienvenidas que puede ser una de las experiencias más intensas e inolvidables de este festival.
Minúsculos 2, de Hélène Giraud y Thomas Szabo
La sección Baficito suele entregar alguna maravilla animada cuyas posibilidades de exhibición y distribución en la Argentina son prácticamente nulas. Minúsculos 2 es un ejemplo de eso.
Animación francesa visualmente hermosa protagonizada por bichos que, a diferencia de los que vemos en la animación convencional (o sea, Disney, Pixar o derivados), no emiten palabra sino que se expresan mediante zumbidos. Película amable como pocas, repleta de gags visuales que remiten a la comedia muda y con una vaquita de San Antonio entrañable como protagonista. Como buena película familiar, puede verse con chicos, o sin ellos.
Foco y visitas: Julien Temple y Friedl von Groller
Posiblemente algunas personas de la generación de los 80 recuerden una película llamada Las chicas de la tierra son fáciles; film con extraterrestres protagonizado por Jeff Goldblum, Geena Davis y con la actuación de un hasta ese momento desconocido Jim Carrey. Lo que quizás no sepan es que quien está detrás de las cámaras dirigió una buena cantidad de documentales o ficciones sobre músicos de rock que forman un corpus de películas extraordinario, y atrayente.
Entre ese corpus puede encontrarse sobre todo Absolute Beginners, film de 1986 con David Bowie nunca estrenado en la Argentina y de visionado casi obligatorio en este festival. A esto se le suman dos documentales enormes sobre The Kinks: Imaginary Man y Kingdom Come. Menos conocida aún en el mundo del cine es Friedl von Gröller, artista visual y fotógrafa que ha hecho también medios y cortometrajes dueños de un espíritu rupturista, y una cualidad visual hipnótica.
En el Bafici se contará con la posibilidad de ver a ambos realizadores presentando sus películas y dando clases magistrales. En ambos casos sus presencias serán de lo más llamativo que tengan estos once días.
What she said: The Art of Pauline Kael
Si bien para el público general el nombre de Pauline Kael no quiere decir gran cosa, para la crítica de cine esta figura es de lo más conocido que existe. La razón es que Kael era una polemista encendida, con una pluma extraordinaria y una capacidad para generar tanto admiración como irritación por parte del público y los cineastas. Una mujer con opiniones a veces brillantes, otras un tanto caprichosas, pero finalmente incapaz de dejar indiferente a nadie.
Este documental incluye testimonios de críticos y cineastas (entre ellos, un admirador de Kael como Tarantino), que brindan loas y discuten (o a veces ambas cosas a la vez) a una figura fascinante. El resultado es una pieza enormemente entretenida, además de útil para conocer a una escritora notable y una experta en irritar lectores.
The Great Buster, de Peter Bogdanovich
Bogdanovich es uno de esos nombre esenciales de la década del 70 al que el tiempo ha dejado muy injustamente relegado a un segundo plano (al menos si lo comparamos con otros nombres de su misma época como Scorsese, Spielberg o Coppola). Lo cierto es que en su filmografía se cuentan varias obras maestras y aún hoy sigue produciendo películas de enorme interés. The Great Buster es una de ellas.
Allí cuenta la historia de Buster Keaton, uno de los más grandes comediantes de la historia del cine, y la figura más popular del humor mudo junto con Charles Chaplin. La mirada de Bogdanovich es, al mismo tiempo, didáctica y melancólica. Mostrando el genio de un realizador esencial pero también examinando las causas de su imposibilidad de adaptarse a un sistema. Desde este lugar, hace una obra interesante tanto para aquellos que no conocen al director como reflexiva para aquellos que seguimos admirando a uno de los más grandes creadores de formas cómicas de todos los tiempos.
The House that Jack Built, de Lars von Trier
Es imposible quedar indiferente ante una nueva película de Lars von Trier. Por supuesto que esa sensación puede significar tanto admiración como rechazo absoluto. Lo cierto es que Von Trier es un director muy consciente de esta cualidad, y en The House that Jack Built construye un relato violento y morboso, en el que no siempre queda claro dónde empieza la crueldad, dónde el humor y dónde la pretensión.
La película tuvo el año pasado una recepción terrible en Cannes, en donde buena parte del público se fue indignado por las escenas de violencia de un film protagonizado por un asesino serial que relata sus actos sádicos. Aún cuando pueda parecer extraño, parte de la gracia del cine de Von Trier tiene que ver muchas veces con la reacción que puede suscitarse en una sala ante sus películas. Ver, por ende, The House that Jack Built en una sala llena (como seguro pasará en un Bafici) puede ser una de las experiencias más curiosas de toda esta edición.
Putin Witnesses y Gorbachov según Herzog
Normalmente una de las grandes sorpresas que da el festival de cine Buenos Aires son los documentales políticos lúcidos e informativos sobre hechos internacionales. De hecho, difícilmente uno puedo olvidar en ediciones anteriores del Bafici a hitos tales como la monumental Autobiografía de Nicolai Ceacescu de Andrei Ujica o la extraordinaria Our Nixon, de Penny Lane.
Este año puede que esa gran película política sea Putin Witnesses. Film acerca de testigos que lograron acceder al círculo más privado de Putin antes de que este acceda por primera vez al poder. Como suerte de complemento de esta película, puede verse Meeting Gorbachev, documental de Werner Herzog en el que el afamado director entrevista al último jefe de Estado de la ex Unión Soviética. Si bien no se trata de las grandes películas del realizador (a veces su mirada sobre Gorbachov suele ser parcial y un poco obsecuente), sí se agradece poder contar con una nueva película de Herzog para ver en pantalla grande.
Nombres nacionales: Loza/Perrone/Campusano
Uno de los grandes fuertes del Festival de Buenos Aires es la presencia del cine nacional. Más de una vez, de hecho, la competencia nacional de este festival ha servido como un buen parámetro para ver a nuevos talentos o propuestas particularmente osadas. La Competencia nacional además es una buena oportunidad para saber qué están haciendo cineastas locales particularmente consagrados, con un estilo muy marcado y muy conocidos en el circuito de los festivales.
Santiago Loza, director de Los Labios, presenta Breve Historia del Planeta Verde, película con elementos de ciencia ficción (hay alienígenas dando vuelta en esta historia) algo de nostalgia ochentosa y una amistad entrañable. Perrone, en tanto, presenta Ituzaingó V3rit4. Para los conocedores de Perrone, dicho título es muy representativo de una filmografía que se ha centrado más de una vez en ese partido de Buenos Aires, al que Perrone ha filmado tanto de manera realista como estilizada. Aquí introduce en este espacio una serie de peripecias de unos actores del mundo under, mostrando nuevamente que el bajo presupuesto no le impide ser ni original ni ambicioso. Por último, Campusano presenta Hombres de Piel Dura, película filmada en Marcos Paz y que cuenta la historia de un personaje marginal que se mueve por ambientes rurales. Se trata nuevamente de estas películas de estética seca y narración pura y dura que Campusano viene desarrollando hace años.
Rescates y nostalgias
En general, los rescates del Bafici suelen ser una parte importante del festival. No se trata, por supuesto, de su función principal, ya que esencialmente la idea de este espacio es dar a conocer directores y películas nuevas (de hecho, se ha destacado que el 29 por ciento de las películas de este festival son óperas primas).
De todos modos, en los contextos donde todo es novedad, a veces aferrarse a lo ya visto (con la variante, claro, de que ahora puede apreciarse en una sala y con pantalla grande) puede ser un buen descanso en un contexto donde uno está permanentemente viendo películas nuevas sin saber si van a gustar o no. Si bien en esta sección habrá varias películas que despiertan un sentimiento de nostalgia (ahí estará The Karate Kid), miedos ya conocidos pero que no viene mal revisitar (Alien, el octavo pasajero), y la que quizás sea la mejor película de los Coen (El Gran Lebowsky).
De esta sección, probablemente lo más destacado para ver sea la reposición de Duro de Matar y Cuando Harry conoció a Sally. Dos obras maestras de la década del 80 que representan cada una picos en sus géneros. Por un lado, una película de acción perfecta, que, como pocas veces en la historia del cine, combina tanto un héroe absolutamente carismático como un villano extraordinario; por el otro, una comedia romántica prácticamente perfecta con guión de Nora Ephron, no sólo con uno de los gags más conocidos que se hayan filmado (obviamente, el orgamo fingido de Sally) sino con una de las más hermosas declaraciones de amor de la historia, hecha en plena víspera de Año Nuevo.
Fuente: Infobae.