Una chofer de colectivo que ganó una batalla legal para incorporar más conductoras; una actriz que, con su testimonio, logró visibilizar el abuso sexual, y una atleta olímpica que concientizó sobre los efectos nocivos del ideal de belleza. Esas son solo algunas de las historias que
eligió para contar la lucha la nacion de muchas otras mujeres que abrieron camino en sus áreas y lograron romper con la desigualdad de género. El reclamo de igualdad, precisamente, será uno de los principales que se escucharán hoy en distintas marchas en el país y el mundo, en el Día Internacional de la Mujer.
Todo el día, desde que se levantan hasta que se van a dormir, la mayoría de las mujeres atraviesan situaciones que las colocan en desventaja con respecto a los hombres. Desde tener que encargarse, en la mayoría de los hogares, de las tareas domésticas, por unas seis horas y media diarias, contra la mitad de tiempo en manos de los hombres, hasta tener que tolerar que la brecha salarial se traduzca en cuatro salarios menos al año.
Por eso, hoy, al conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, habrá marchas, debates y presentaciones en todo el país y en el resto del mundo. En España, por ejemplo, habrá un paro y en los Estados Unidos se prevén movilizaciones.
Plaza de Mayo será el escenario central en la ciudad de la convocatoria organizada por distintas agrupaciones feministas y de la que participarán algunos partidos políticos y ONG.
“Llega un nuevo 8 de marzo y con él, una nueva oportunidad para debatir, analizar y reflexionar sobre la situación de nuestros derechos. El Día Internacional de la Mujer es el resultado justamente de eso, de la lucha por la ampliación y el acceso a derechos para todas las mujeres, en todo el mundo. Lejos está de ser un día de fiesta, de flores y bombones, y hoy más que nunca creo que nuestra sociedad es plenamente consciente de eso”, dice Fabiana Tuñez, directora ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres.
En este contexto, eligió la nacion ocho historias, de cientos, de la lucha de mujeres que abrieron camino en la conquista de sus derechos.
Como la de Jennifer Dahlgren, la atleta olímpica, que, con un posteo en su cuenta de Instagram, visibilizó el incumplimiento de la ley de talles. O la de la actriz Thelma Fardin que, con su testimonio, ayudó a concientizar sobre el abuso sexual. O también la de Silvana Corso, directora de la Escuela de Educación Media N° 2 Rumania, en el barrio de Villa Real, que impulsó un modelo de inclusión en su colegio.
No son las únicas. La chofer Érica Borda logró que la Justicia ordenara que las líneas de colectivos de las empresas que demandó aumenten el cupo femenino. También impactó la lucha de la futbolista Candelaria Cabrera, que a sus ocho años pudo cambiar las reglas del deporte en Chabas, en el sur de Santa Fe.
“Al día de hoy, las mujeres seguimos cargando casi en forma exclusiva con las tareas de cuidado no remuneradas, nos insertamos al mercado laboral en posiciones más precarias aun cuando contamos muchas veces con mejores credenciales educativas que nuestros pares varones, y seguimos siendo pocas en los espacios de decisión –describe Tuñez–. Persisten mensajes estereotipados en los medios, contenidos educativos y publicidades que indican que las niñas deben ser sumisas y obedientes, y que la principal preocupación de una mujer es la de ser bella y conquistar a un hombre”. Aunque lo más “terrible y doloroso”, según Tuñez, es la realidad que demuestra, a través de los femicidios que suceden en el país donde una mujer muere cada 32 horas, “que el lugar más inseguro para una mujer es su propia casa”.
“El mandato social de las mujeres sigue siendo la maternidad y el cuidado. Durante estos años ha habido grandes avances en cuanto a la visibilización de la discriminación de género, pero lamentablemente esto se limita todavía a lo discursivo. No solo los femicidios han aumentado, sino que todos los indicadores de género, no solo de violencia, indican que hay un retroceso. Como en la representación femenina en los directorios y las mesas de decisión de las empresas, en la igualdad al acceso al empleo, entre otros. Hay una equidad que es solo retórica y no cambia la realidad de las mujeres”, indicó Laura Gaidulewicz, directora del Instituto de Género e Inclusión de la Universidad Siglo 21, ayer durante la presentación del informe Liderazgo femenino en la Argentina.
En esta oportunidad, con las movilizaciones y los actos de hoy, se volverá a plantear, además de las desigualdades, la discusión por la legalización del aborto. Ya el último
#8M se convirtió en el comienzo de un debate que dividió a la sociedad y movilizó a miles de personas a favor y en contra. Todo hace prever que la de esta tarde va a ser una marcha predominantemente verde, ya que las organizaciones provida, por primera vez, llamaron abiertamente, a través de las redes sociales, a no participar de la marcha.
La concentración comenzará a las 15, en la Plaza de Mayo. Alrededor de las 17.30 comenzará la marcha, en dirección al Congreso nacional por la Avenida de Mayo y las calles aledañas. El colectivo Ni Una Menos, la Campaña Nacional por el Aborto y otras organizaciones feministas también convocaron a un acampe frente a la Casa Rosada desde el martes pasado por la noche, y al igual que sucedió en 2018, se decretó un Paro de Mujeres para hoy, a las 11.
La ley define que la violencia contra la mujer es: “Toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal”.
Por eso, hoy miles de mujeres marcharán y pedirán que se terminen las desigualdades de género. El día se eligió para conmemorar la muerte de más de 100 obreras de una fábrica de Nueva York en 1908, mientras reclamaban por sus derechos laborales. Desde hace cuatro años, la Marcha Internacional de las Mujeres tiene un eco especial en el país. Ya no se trata de reclamos aislados. Desde el asesinato de Chiara Paez, en 2015, la indignación por los femicidios llevó el reclamo contra la violencia machista a otro nivel.
Fuente: La Nación