«Recuerdos que mienten un poco» (Sudamericana), el libro autobiográfico que reúne las memorias del Indio Solari, el líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, ya está disponible en las librerías del país.
«Pocas materias son más plásticas, más maleables que la memoria», dice el Indio en este volumen de casi mil páginas, en las que el rockero recorre su historia personal junto a su interlocutor, el escritor Marcelo Figueras, desde su infancia entre Paraná y La Plata a su presente y su diagnóstico de Parkinson.
Publicado por Sudamericana, el músico, que siempre mantuvo un perfil reservado, repasa su pasado y su presente al ritmo de sus propios recuerdos: «La memoria es lo que uno recuerda, sí, pero al mismo tiempo es lo que uno cree que recuerda, y además lo que dice que recuerda».
El relato incluye las polémicas, las peleas con sus compañeros de banda, los desencuentros con una parte del periodismo, así como también la muerte de Walter Bulacio y las reverberaciones del trágico recital de Olavarría 2017.
En el libro, el Indio habla de todo: desde Evita, «la hermosa mucha de Los Toldos» que «siempre fue el Lado A para mí» (la que habría puesto en la tapa de El ruiseñor, el amor y la muerte si no hubiese puesto a sus padres), hasta del futuro: «Me va a costar convencer a la gente de que no voy a tocar más. Casi nadie quiere creerlo, ¿no?»
También sobre sus letras: «Mucha gente tendía a menospreciar a nuestro público. Pretenden que no pueden entender lo que les estoy diciendo, por eso de que mis letras son crípticas. Pero en los momentos claves de la canción, soy bruscamente claro.
Puede que el relato no sea simple, la forma en que voy encadenando imágenes. Pero, cuando llego ahí, cuando digo violencia es mentir, o todo preso es político, o nuestro amo juega al esclavo… Ahí nadie se confunde ni se pierde. Eso es una bandera y así lo entienden.»
Sobre Los Redondos sostiene «que éramos decadentes de verdad, ninguno de nosotros podía pasar por un miembro productivo de la sociedad. Haber sido marginal en serio -política, cultural, socialmente- te dotaba de una cierta fortaleza. Lo que perseguíamos no era una satisfacción epitelial, efímera».
Y tras la separación de la banda, dice:»Más allá de Bruno y de Virginia, no me han pasado cosas más importantes: ¡como proyecto de vida, yo fui un Redondo durante casi toda mi existencia!».
La autobiografía, que el Indio Solari viene trabajando hace algunos años con Figueras, aparece tras la publicación en 2017 de la distópica novela gráfica «Escenas del delito americano», con textos del rockero e ilustraciones de Serafín.
El libro es el resultado de extensas charlas a lo largo de dos años entre el Indio y el escritor y periodista Marcelo Figueras en donde pasa revista a su vida, desde episodios de su infancia hasta la masividad y la fama.
EVITA
«Dicen que ahí me tuvo en brazos Evita, la hermosa muchacha de Los Toldos. Algún bien debe haberme transmitido. Evita siempre fue el Lado A para mí. Si no hubiese puesto a mis viejos en la tapa de El ruiseñor, el amor y la muerte, la habría puesto a ella.»
LA VOCACIÓN
«Cuando me echaban de todos los colegios, yo no me ponía contento. Uno no se jactaba de algo así, porque dolía. Además había que bancarse a los padres remachando eso de que con la guitarrita y con la escritura me iba a cagar de hambre. Y la realidad parecía darles la razón: tus compañeros se habían recibido y vos seguías amurado en un cuartucho, escribiendo, pintando con pintura regalada… Y mientras tanto, mirabas al cielo y te rebelabas, pensando: ¿Por qué me despertás esta ambición si no tengo posibilidades?»
LA CABEZA
«Durante esos tres años, del ’67 al ’69, la psicodelia fue lo más importante que me pasó. Yo me considero un hombre de la psicodelia. Imagino que hoy habrá otras experiencias a disposición, que le serán parangonables de algún modo. Pero aquello era otro contexto y otras drogas. Lo que hizo en mí fue abrir mi cabeza, básicamente.»
LOS REDONDOS
«Es que éramos decadentes de verdad, ninguno de nosotros podía pasar por un miembro productivo de la sociedad. Haber sido marginal en serio —política, cultural, socialmente— te dotaba de una cierta fortaleza. Lo que perseguíamos no era una satisfacción epitelial, efímera. En la época que empezamos no había premio alguno, ninguna zanahoria bailando ante tus narices.»
LA MISA
«Creo que lo que inspiró esa cosa religiosa fue, sencillamente, la felicidad de la gente que nos iba a ver. A pesar de que de algún modo pareciese una contradicción, porque la temática que tocábamos, la tensión que producíamos, distaba de ser ligera. Pero la gente salía feliz de los shows. Eso era lo que te quitaba de encima el demonio, no era cuestión de rezar: lo que funcionaba era ir a un lugar donde lo expulsabas de veras, participabas de una experiencia dionisíaca.»
DESPUÉS DE LOS REDONDOS
«Cuando se rompieron Los Redondos, me preguntaban: Y ahora, ¿qué vas a hacer? Y yo iba a seguir haciendo lo mismo, obviamente. Corría el riesgo de ser menos convocante pero no podía cambiar mi esencia. ¡No sé hacer otra cosa, ni de otro modo! Cuando uno vive la vida como la vivo yo, no se toma las cosas con mesura. Mejor que exploten haciendo una canción que poniendo una bomba. Yo no me dediqué a esto para entretener a la gente, para distraerla mientras le meten la mano en el bolsillo.»
EL ROCK
«Yo creo que acá hay mucha gente que vivió la cultura rock sin compromiso profundo. Los platenses éramos meloneros, una fauna pequeña pero interesante. Cuando entrás a escarbar en el melón, descubrís estímulos interminables. Por eso tendíamos a producir un arte disruptivo, irritante. La única revolución que está verdaderamente a tu alcance es lo que hacés de la mañana a la noche, tu manera de vivir.»
LAS LETRAS
«Mucha gente tendía a menospreciar a nuestro público. Pretenden que no pueden entender lo que les estoy diciendo, por eso de que mis letras son crípticas. Pero en los momentos claves de la canción, soy bruscamente claro. Puede que el relato no sea simple, la forma en que voy encadenando imágenes. Pero, cuando llego ahí, cuando digo violencia es mentir, o todo preso es político, o nuestro amo juega al esclavo… Ahí nadie se confunde ni se pierde. Eso es una bandera y así lo entienden.»
WALTER BULACIO
«En mis conciertos, la foto de Walter Bulacio aparece cuando cae el sol y está horas ahí, junto a la palabra justicia. Y aún así dicen: No se acordó nunca más… El que no te acordás sos vos, boludo.»
EL DINERO
«Los que no están a favor de que uno siga infectando la sociedad hablan del millonario, con la intención de separarme de la gente. Como diciendo: Este dice esto, pero es un ricachón. Cuando yo no dije nunca que el dinero era malo. Lo único que distingo es entre los que se lo ganan de forma genuina o no. Si te lo ganaste bien, disfrutalo. Pero doná algo al Garrahan de vez en cuando, turro.»
LA SEPARACIÓN
«Lo que pasó esa noche me sorprendió… Lo único que sé es que seguimos gritando hasta que Skay se fue a la mierda, porque no le gustan las situaciones tensas. No recuerdo si al final dije expresamente Esto se acabó acá, pero me subí al coche… y volví a casa. …Me enfurecí tanto que no daba para volver atrás. Porque esos son los términos en que yo vi y sigo viendo la cosa: para mí fue una traición. Que arruinó un eje de mi vida, algo central. Más allá de Bruno y de Virginia, no me han pasado cosas más importantes: ¡como proyecto de vida, yo fui un Redondo durante casi toda mi existencia!»
EL FUTURO
«Me va a costar convencer a la gente de que no voy a tocar más. Casi nadie quiere creerlo,¿no?»
Fuentes: Télam e Infobae.