El cantante y compositor argentino habló sobre su presente, luego de que el director Alfonso Cuarón eligiera una de sus canciones más populares para la banda de sonido de su exitosa película. El nacimiento de sus temas más célebres, sus días en el exterior y la vida de fe que adoptó el hombre detrás de hits memorables
https://www.youtube.com/watch?v=pY8OFiMHGM4
A los 76 años el artista argentino, compositor de una enorme lista de canciones memorables, esas que se clavan justo en el pulso popular y se llegan a cantar hasta en la cancha, volvió a estar en boca de todos: el cineasta mexicano Alfonso Cuarón eligió ese tema para la banda de sonido de la película Roma, por estos días premiada internacionalmente y gran candidata a llevarse una buena cantidad de estatuillas en la próxima entrega de los premios Oscar.
Según cuenta el artista, que nació en un pequeño pueblo llamado Villa Atamisqui, en Santiago del Estero, y vive en el exterior desde hace varias décadas, desde que se escuchó Te he prometido musicalizar los días de la empleada doméstica protagonista de la obra de Cuarón se multiplicaron las reproducciones de esa y otras composiciones de su autoríaen las diversas plataformas de streaming.
La elección del director de Roma para la banda de sonido no es arbitraria: luego de que su carrera explotara en Buenos Aires a mediados de los ’60, y después de pasar un tiempo en España, Dan se fue a vivir a México en 1970 y allí vivió días de gran éxito.
Ambientada justamente a principios de esa década, la película muestra la vida de Cleo, el personaje encarnado por Yalitza Aparicio, quien trabaja para una familia de clase media que vive en la Colonia Roma de la Ciudad de México.
«Te he prometido se escuchó el otro día en la entrega de los Globos de Oro, fue una bendición y una sorpresa grande», celebra ahora Dan.
«Anoche estuve reunido con personas muy importantes. Estamos cada vez con más reproducciones de los temas«, asegura a Infobae el artista, que tiene su residencia en Miami pero se lo pasa de gira. De hecho mientras habla se encuentra en California, para dar una serie de shows, y luego viajará a Nueva York para hacer otra tanda de presentaciones en vivo.
«Por Miami paso para cambiar de ropa y seguir», bromea.
-¿Cómo nace esta canción de 1969 que hoy vuelve a sonar por todos lados?
-Yo tenía una novia, a los 16 o 17 años. Estaba enamoradísimo de esta niña. Un día me invita a su cumpleaños. Llegué a pedir una chaqueta prestada para poder ir presentable. Entonces me fui nomás hasta la casa. Cuando llego ella me dice: ‘Qué bueno que viniste, ¡te presento a mi novio!’». Me sentí muy mal, le dije que el novio era yo. Ella me decía que yo era su amigo. Fue muy duro. Hasta que al final supe que ella nunca iba a estar conmigo. Entonces le dije: «Te prometo que voy a tratar de olvidarte».
-¿Y cómo llega esa frase a ser parte de la canción?
-Algunos años después estaba en el estudio de grabación y nos faltaba una canción. Me acordé de aquellas líneas y en poco tiempo la grabamos con la ayuda de un guitarrista. En ese momento yo ya estaba con mi mujer y le dije: «¡Ojalá que nunca se convierta en un éxito esta canción!» (risas)
A contramano de su intención por aquel desengaño amoroso, como tantas otras de sus creaciones el tema se convirtió en un hit de inmediato. Uno de los tantos de la carrera de un artista híper prolífico: él asegura que compuso más de mil canciones y que en total se hicieron más de tres mil grabaciones con sus temas, entre sus propios discos y los covers de otros artistas.
Imparable, sigue componiendo todos los días. «Tengo un grabador todo el tiempo conmigo y la tecnología ayuda. Ayer le escribí una canción a Dios«, sostiene.
Santiago querido
Leo Dan en realidad se llama Leopoldo Dante Tévez. Como le ocurría a varios de sus amigos en su Santiago del Estero natal, cuando terminó la escuela secundaria decidió abandonar su provincia para seguir sus estudios en Tucumán. Amante del campo y de la naturaleza, quería estudiar para convertirse en veterinario o ingeniero agrónomo.
Pero aquello no resultó y decidió probar suerte en Buenos Aires. Eran tiempos de música pop y de intérpretes jóvenes que hacían canciones de amor pegadizas. Pero en lugar de seguir el camino que hacían varios, es decir, de probar suerte en el popular programa de televisión El Club del Clan, el artista optó por presentarse en la discográfica CBS, la competencia.
«Un día fui con mi guitarra a pedir que me tomaran una prueba. En quince días me convertí en un éxito«, afirma.
El caballito de batalla de aquel primer suceso fue la canción Celia, la primera de sus numerosas composiciones dedicadas a una mujer (más adelante, vendrían otros éxitos con nombres femeninos en sus títulos como Mary es mi amor, Estelita, Fanny, Pero Raquel, Susana llamame, entre otras).
«Celia era una niña que conocí en la juventud. Hace unos años me vino a ver, es una señora con nietos ahora», apunta.
Convertido en una suerte de galán que le quería escapar de alguna manera a la soltería, tal como entonaba en Libre, solterito y sin nadie cuando decía «como no estoy ni comprometido ni casado, ni nada y usted no está ni comprometida ni casada ni nada por qué no charlar un ratito para no sentirnos tan solos», Leo Dan no paraba de cosechar éxitos.
«Esa canción la hicimos con Dino Ramos, que era un hombre que llevaba ideas a los músicos», recuerda ahora.
La lista de su cancionero parece interminable: Dan está detrás de temas memorables como Pídeme la luna, Una calle nos separa, Santiago querido y Cómo te extraño, que con la versión grabada por la banda mexicana Café Tacvba en 1996, tuvo uno de sus tantos revivals.
La enorme repercusión de los discos del artista lo llevó también al cine. En 1965 protagonizó junto a Marta González el largometraje Santiago querido y, un año después, la versión cinematográfica de Cómo te extraño.
En televisión, participó de Sábados Continuados y llegó a tener su propio programa llamado Bajo el signo de Leo.
Nueva vida
A mediados de los ’60, Dan se casó, con Mariett, una joven que en aquellos tiempos fue elegida Miss Mar del Plata. Todavía hoy es su esposa y madre de sus cuatro hijos.
«Nos casamos el 31 de marzo de 1966, creo (risas). Llevamos más de 50 años. Ella a veces me acompaña en los viajes. Pero ahora está contenta en casa, acabamos de adoptar una cotorrita que se apareció. Y también tenemos un perro», afirma Dan.
En la década del 70, la pareja dejó el país. A su esposa, según cuenta el artista, están dedicadas varias de sus creaciones.
«Pídeme la luna la hice pensando en mi mujer y en mi hijo, que fue tan esperado el varoncito», explica sobre una canción que tiene versiones de varios artistas y que llegó a cantarse en varios estadios de fútbol.
En la década del ’80 el cantante y su familia volvieron a probar suerte en la Argentina. En los ’90, de hecho, Dan se presentó como candidato a gobernador de su provincia, Santiago del Estero.
«¡Por suerte no gané!», asegura 25 años después de aquella aventura. «¡Ni loco volvería a dedicarme a la política ahora!», agrega. En más de una ocasión señaló que aquel fracaso en las urnas se debió a que, por la gran cantidad de años que pasó fuera del país, el artista perdió su tono local y adquirió un acento mexicano que ahuyentó a los votantes.
Sin embargo, cada vez que puede intenta volver a su tierra. «Ya no me quedó nadie en Atamisqui pero siempre que puedo vuelvo. Anoche soñé con el pueblo«, apunta.
-¿Le gustaría volver a vivir en la Argentina?
-Es muy difícil porque ya tengo todo afuera y mis hijos y mis nietos viven cerca de uno. En diciembre quizá vaya para allá.
-¿Se interesa por la política, lee sobre lo que pasa en el país?
-Sí, por supuesto. Y siempre le pido a Dios por el pueblo argentino.
Desde hace algunos años, Leo Dan comenzó a mostrar una faceta desconocida: abrazó la fe cristiana y comenzó a escribir canciones evangélicas. En más de una entrevista, aseguró que tiene la capacidad de sanar mediante la imposición de manos.
-¿Sigue curando con las manos?
-Eso es una confusión (ríe). El que sana es el Señor. Es un don que Dios me ha dado pero no voy por ahí diciendo «yo curo». La gente ha dicho que se cura. Yo intento llevar el mensaje de Dios con las canciones
-También ha dicho en más de una oportunidad que vivió una experiencia con un OVNI. ¿Cree que hay vida en otros planetas?
-Eso pasó por acá, íbamos camino a Disneylandia con mi familia en auto. Vimos con mi mujer un plato volador enorme al costado de la carretera.
-¿No sintió miedo?
-¡Para nada! Dios ha estado siempre conmigo.
Fuente: Agustina Larrea, Infobae.