¿Qué puede la tecnología? ¿Realmente tiene la capacidad de producir un acontecimiento tan sensible como el arte? ¿Es posible que la inteligencia artificial continúa la tarea que grandes artistas de la historia no han logrado terminar?
La compañía tecnológica china Huawei cree que sí. Por eso, el lunes pasado, presentó en la sala Cadogan Hall de Londres una versión «completa» de la «Sinfonía inacabada» de Franz Schubert compuesta a partir de un algoritmo de que ha utilizado la potencia de uno de los celulares de la firma. El software analizó el timbre, el tono y otras características de los dos primeros movimientos de la «Sinfonía en si menor, D. 759», que compuso el músico austríaco en 1822.
(La Sinfonía inacabada de Schubert completa por la inteligencia artificial).
A partir de esa información, el programa generó una melodía para los dos últimos movimientos de la pieza, que Schubert dejó incompleta. Posteriormente, el músico y productor Lucas Cantor dio los retoques finales a la pieza para obtener una partitura «fiel» al estilo de la obra original, según informó la agencia EFE.
«Mi función era sacar a la luz las ideas más interesantes de la inteligencia artificial y llenar sus vacíos para que el resultado final pudiera ser interpretado por una orquesta sinfónica», indicó el músico en un comunicado. «El resultado de esta colaboración con inteligencia artificial demuestra que la tecnología ofrece posibilidades increíbles y que puede tener un impacto significativo y positivo en la cultura moderna», agregó.
(Fragmento de la Sinfonía en si menor original)
31 años tenía Franz Schubert cuando murió en Viena, el 19 de noviembre de 1828. Fue un compositor austriaco, continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven. Si bien creó música de cámara y orquestal, se lo considera uno de los antecesores de la canción moderna por sus breves composiciones para voz y piano.
¿Por qué dejó inconclusa esta sinfonía? Hay varias hipótesis, sin embargo la más convincente es que parte del manuscrito con las partituras se haya extraviado. Sin embargo, para la crítica especializada, la explicación más verosímil es la que cuestiona la madurez autoral para completar dos movimientos más con la misma altura y calidad expresiva de los previos. Sobre esta pieza se ha llegado a decir que «su serenidad parece trascender el mundo».
Por su parte, Walter Ji, directivo de Huawei en Europa, sostuvo, que el objetivo de este trabajo era «ampliar los horizontes de lo que es humanamente posible y comprobar el impacto positivo que la tecnología puede tener en la cultura moderna. Si nuestro teléfono inteligente es lo suficientemente inteligente como para hacer eso, ¿hasta dónde puede llegar?»
Tal vez esa sea la pregunta que decanta en todo esto: ¿los algoritmos —conjunto de operaciones que resuelven cálculos en base a instrucciones previas— podrán hacer, por ejemplo, que el ingenio de Schubert siga creando? ¿Podrán, basándose en patrones de comportamiento de grandes genios, crear más obras? ¿Realmente, la tecnología, tiene la capacidad de producir arte? Todo parece indicar que sí.