En variadas oportunidades destacamos los múltiples destinos turísticos que ofrece Brasil en su extenso territorio, con algo más de 7400 kilómetros de litoral marítimo. Este corresponsal, no deja de sorprenderse con este “paraíso terrenal”, llamado “Lago Azul”, ubicado en el municipio de “Marechal Deodoro”, distante 32 kilómetros de Maceió, capital del estado de Alagoas, en la región nordeste del país.
Este vergel es un verdadero refugio para quienes buscan contacto con la naturaleza. Está situado dentro de la mata atlántica que sobrevivió a la cultura de los cañaverales y está formado por una represa de dos ríos que desaguan en una piscina originaria de aguas azules.
“Marechal Deodoro”, fue la primera capital de Alagoas y la ciudad donde nació Manuel Deodoro da Fonseca, militar del ejército brasileño, con el grado de Marechal (Mariscal). Fue luego proclamador de la república y el primer presidente de Brasil, por lo que esta ciudad está cargada de historia y se ve reflejada en sus construcciones antiguas.
Fundada en 1611, con el nombre de “Vila Madalena de Subaúma”, era uno de los tantos poblados creados para proteger el árbol de “Pau Brasil”, contrabandeado por piratas y su municipio fue constituido en 1636, con un nuevo nombre “Santa María Madalena da Alagoas do Sul”.
Luego del «descubrimiento» de Brasil por los lusos*, fueron los franceses quienes más incursionaron por estas latitudes para llevarse el codiciado árbol de Pau Brasil con la ayuda de los indios Caetés (tribu de aborígenes antropófagos), y se establecieron en la ribera que lleva el nombre de “Praia do Francés”, (Playa del Francés).
El turismo es la fuente de empleo y renta más importante de esta ciudad. Esta región es considerada como una de las más bellas del litoral nordestino y cuenta con diversos atractivos, como la ya citada “Praia do Francés”, donde se localiza una excelente calidad hotelera, gastronómica y bares con show –rasgo muy repetido en las distintas playas del país-.
Allí, muy cerquita, se encuentra el poblado de “Massagueira”, auténtico polo gastronómico de esta zona, ya que se ubican sus establecimientos a la vera de la “Lagoa Manguaba” (laguna Manguaba), y también se aprecian distintos puestos callejeros de venta de dulces hechos a base de coco, conocidos como cocada.
En el centro de la ciudad es posible hallar diversos atractivos como el museo de “Arte Sacra” y predios e iglesias católicas que han sido destacadas como patrimonio histórico nacional.
Para retomar detalles sobre la belleza incondicional de la “Lagoa Azul”, es importante saber que la temperatura del lago se mantiene en un promedio de 13 grados centígrados, aún en verano.
Y para llegar hasta el lugar, si se recorre la zona en automóvil, se permite el acceso por el lado sur del estado “alagoano”, en dirección al viaducto de “Praia do Francés”; desde allí, el camino nos va guiando, es bien rápido y fácil. Si por el contrario quiere llegar en ómnibus, estos funcionan con el horario de ingreso al lugar, es decir de 7 a 17, con un valor de ingreso significativo.
Les recomendamos que si desean ir durante los fines de semana o feriados, recuerden que el lugar es muy concurrido y la estructura de servicio es primitiva, por lo que conviene que lleven sus propias comidas y bebidas, ya que solamente existe un pequeño restaurante con alguna variedad de platos típicos.
Entonces, lectores de “Diario de Cultura”, si desean vacacionar en Maceió, Alagoas, su cita ineludible es conocer el “Lago Azul”, un lugar de una pureza sin igual para disfrutar a conciencia de un auténtico contacto con la naturaleza, que al menos por ahora, solamente por ahora, están apreciando en las imágenes fotográficas…
(*) La Invasión luso-brasileña, también conocida como Invasión portuguesa de 1816.
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