Kate Winslet reveló un impactante secreto de la escena más icónica de Titanic

En el marco de una entrevista por el próximo estreno de su película, la actriz dio a conocer el detrás de escena de uno de los momentos más emblemáticos entre Jack y Rose en el film de James Cameron


Estrenada en 1997 y dirigida por James Cameron, Titanic revolucionó el cine con su impresionante despliegue visual y una conmovedora historia de amor protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. La película no solo arrasó en la taquilla mundial, sino que también se alzó con múltiples premios de la Academia, consolidándose como un hito en la historia. A lo largo de los años, logró dejar una huella imborrable en la cultura popular, convirtiéndose en un referente de la cinematografía contemporánea. Ahora, casi tres décadas después de su estreno, la actriz protagonista reveló uno de los secretos mejor guardados de esta icónica producción, generando gran sorpresa entre los fanáticos y seguidores.

Durante una sesión de preguntas y respuestas con 92nd Street, durante una proyección anticipada de su próxima película Lee, en Nueva York, la actriz reveló que el agua en la que se grabó la escena no era tan profunda como parecía en pantalla. De hecho, mientras el público veía a Jack Dawson (interpretado por Leonardo DiCaprio) aferrarse a un trozo de puerta para no hundirse en las profundidades del océano, lo que realmente hacía el actor era algo mucho más simple: estaba arrodillado.

Kate Winslet contó toda la verdad sobre una de las escenas más icónicas de la película

Winslet dio a conocer uno de los mayores secretos de la escena más recordada de Jack y Rose
Winslet dio a conocer uno de los mayores secretos de la escena más recordada de Jack y Rose(Fuente: 20 Century Fox

Se trata de una de las escenas finales, que se convirtió en la más emblemática y discutida de la producción. Esta secuencia fue objeto de críticas y cuestionamientos durante años, ya que los fanáticos debatieron en más de una oportunidad si el personaje de DiCaprio podría haber compartido parte de la puerta con Rose Dewitt Bukater, interpretada por Winslet, después del hundimiento del barco. La gran mayoría opinaba que ambos podían entrar cómodamente y, en consecuencia, él se hubiera salvado.

En relación con esta tan debatida secuencia, la actriz confesó que su coprotagonista probablemente “sufre de trastorno de estrés postraumático” debido a la cantidad de veces que le preguntaron al respecto. Esto teniendo en cuenta que ese instante se volvió viral y es objeto de innumerables teorías y discusiones.

En ese sentido, también recordó que el tanque de agua donde se filmó no era para nada cómodo, ya que el espacio era muy reducido y debieron pasar allí un buen tiempo. “Para romper la burbuja, el agua estaba a la altura de la cintura en ese momento”, aseguró y sumó: “Así que en primer lugar, yo estaba como, ‘¿Puedo ir a hacer pis?’”. “Y entonces me levanto, me bajo de la puerta, camino hasta el borde del tanque, a unos seis metros de distancia, y literalmente tengo que estirar la pierna y subir y volver a subirme a la puerta. Es terrible”, comentó Kate con respecto a cómo recuerda que fue al baño durante esa grabación. De todas formas, admitió que el director James Cameron podría llamarla por revelar estos secretos que arruinan la magia del cine.

James Cameron y el elenco grabando Titanic
James Cameron y el elenco grabando TitanicIMDB

Por lo que comentó Kate, el tanque tenía unos seis metros de largo, lo que lo hacía relativamente pequeño para recrear el del mar abierto que buscaba plasmar esta escena tan fundamental del film. De todas formas, sorprendió al dar a conocer cómo lograron ese efecto tan realista que se ve en el resultado final. “En realidad, lo sorprendente de los bordes del tanque era que se trataba de un tanque infinito. Así que el agua corría constantemente y se oía el sonido constante del agua”, dijo y agregó que cree que todos los espectadores quedaron “completamente inmersos” en “los últimos 22 minutos” de la película “porque se puede escuchar el ruido del agua todo el tiempo”.

Fuente: La Nación